De esta manera, los aspirantes al decanato del ICAM buscan evitar un «pucherazo» o manipulación del voto por correo con una medida que, a su juicio, «es bastante fácil de controlar»
El candidato al decanato del Colegio de la Abogacía de Madrid (ICAM), Miguel Durán Campos, y su contendiente Eugenio Ribón, han dejado clara su intención de impugnar los votos por correo que se gestionen de forma centralizada y masiva.
Esto, luego de que otro de los aspirantes, Raúl Ochoa, anunciara que su candidatura organizará un evento este lunes a las 20.00 horas en la discoteca Pachá con la presencia de cuatro notarios, para facilitar el voto por correo de todos aquellos que quieran apoyarlo en las urnas.
Dicha «maniobra» ya fue llevada a cabo en 2017 por la candidatura de José María Alonso, en aquel entonces para presentarse «en sociedad», ante unas 1.500 personas y cinco notarios que hicieron posible el voto por correo de los asistentes, en aquel entonces determinante en el resultado final.
Ante esta situación, Durán ha considerado que esta acción «no es válida», pues «el voto tiene que ser directo y secreto», razón por la cual ha dirigido un escrito a la Comisión Electoral del ICAM la semana pasada solicitando que se prohíba, de forma expresa, que las sedes de las candidaturas o las de los domicilios de cualquiera de los candidatos puedan ser utilizadas para que, desde allí, se ejerza de forma masiva el voto por correo.
«Nos referimos, concretamente, al hecho de que alguna o algunas candidaturas concurrentes pudieran estar convenciendo a algunos votantes para que el domicilio que éstos designaran fuera, precisamente, el de esas candidaturas; y ello, con la finalidad de que fueran luego esos candidatos quienes completaran la tramitación del voto por correo», reza la misiva.
En ese sentido, ha explicado que en ese supuesto caso, «se estaría subvirtiendo flagrantemente el propio proceso en sí por la mera subversión de la naturaleza del voto por correo, cosa que deberá estar totalmente proscrita para que podamos decir con honor y honestidad el próximo día 20 de diciembre, cuando haya concluido la votación, que el proceso electoral ha sido total y completamente limpio».
De esta manera, el candidato de ‘Juntos Abogacía’ busca evitar un «pucherazo» o manipulación del voto por correo, con una medida que, a su juicio, «es bastante fácil de controlar».
«Bastaría con establecer a priori una prohibición expresa de que, bien desde los despachos profesionales de los candidatos, bien desde las sedes de las propias candidaturas -si existieren- se puedan tramitar votos por correo, excepción hecha -clro está- de los propios candidatos que hubieran cumplimentado a tiempo la petición para hacerlo así», ha insistido.
Ribón, en la misma línea
Por su parte, Eugenio Ribón también ha mostrado su rechazo contra la gestión centralizada y masiva del voto por correo, dado que «supondría una delegación del voto», prohibida en los Estatutos del ICAM.
En ese sentido, ha secundado a Durán solicitando a la Comisión Electoral que, en caso de que se repita esta situación, todos los votos emitidos de tal manera se declaren nulos.
«Compromiso Abogacía advierte que cualquier gestión centralizada y masiva ‘encubre una forma implícita de delegación del voto, lo que está prohibido; y segundo, el voto deja de ser directo y secreto, pues queda en manos de los manipuladores su gestión y el conocimiento del sentido del sufragio del colegiado», publicó el domingo su candidatura en un comunicado.
No obstante, ha reconocido desde su cuenta personal en Twitter que el voto con notario es válido «con las debidas garantías», tal y como se reconoce en los estatutos.
Y es que tanto Ribón, como Ochoa y otro de los candidatos al decanato del ICAM en esta oportunidad, Juan Gonzalo Ospina, se vieron beneficiados en 2017 por ese acto en la discoteca Pachá para captar votos que, más adelante, les terminaron convirtiendo en diputados de dicho organismo.
