Disparó en enorme medida el encarecimiento de las viviendas y demás inmuebles el Decreto Ley de Mayo de 1985. Hizo que en poco tiempo se quintuplicaran -o más- los precios en toda España, generándose una demanda sumamente forzada de viviendas en compra, para tenerlas y habitarlas en propiedad, lo que motivó que la oferta, por su parte, se desplazara también mucho al ofrecimiento en venta de las viviendas. Análogos efectos ha tenido luego, la Ley de Desahucios vigente desde enero de 1995. Se vienen “abaratando” las viviendas, tanto como vemos, a base de descargar golpe tras golpe sobre quienes no pueden comprarlas y poseerlas en propiedad. En cuanto a las viviendas que se mantienen vacías, la principal causa de que estén así, las que realmente lo estén, radica en que la especulación viene duplicando los precios cada pocos años. Y, en suma, se nos tiene cegados entre los desahucios y las onerosas hipotecas: nos toca padecer o lo uno o lo otro.
