Los tribunales rechazan las cautelares solicitadas por la FRAVM contra el traslado de los residuos del Este a Valdemingómez
El juzgado número 4 de lo Contencioso-Administrativo de Madrid ha denegado las medidas cautelares solicitadas por la FRAVM sobre la recepción de residuos procedentes de la Mancomunidad del Este en el vertedero de Valdemingómez. Según el auto, no ha quedado «convenientemente acreditados» los «perjuicios irreversibles» que supone la decisión del Ejecutivo local. En cambio, el magistrado interpreta que de aplicarse la suspensión temporal sí se generarían «perjuicio para el interés general».
El auto, fechado el pasado 20 de febrero, responde desfavorablemente al recurso de la FRAVM. Dicha organización proponía alternativas, como continuar con el tratamiento de residuos en el vertedero de Alcalá de Henares. No obstante, dicha planta se cerró el pasado 27 de diciembre debido a que había alcanzado el límite de basuras que podía gestionar; y así lo recoge también en su escrito el juzgado.
En cuanto a la planta Loeches, el tribunal sostiene que «carece por el momento de la preceptiva autorización ambiental que permita el vertido directo de residuos sin tratar». Por todo ello, y en contraposición con el relato de la FRAVM, el órgano judicial dictamina que «de no ejecutarse las resoluciones impugnadas, el perjuicio para el interés general es inmediato, ostensible y de consecuencias alarmantes».
Llegados a este punto, el juzgado subraya el menoscabo que se produciría para la población de la treintena de municipios de la Mancomunidad del Este el hecho de que sus residuos no se recogiesen y tratasen; «con el evidente riesgo para la salud y daño medioambiental que ello comportaría», apostilla.
Olor a aceite
El presidente de la FRAVM, Quique Villalobos, ha trasladado a Europa Press que la denegación de las cautelares es «algo incomprensible». A su entender, los tribunales se están «fijando en la parte anecdótica y no parecen aceptar que se reciben toneladas de residuos con una decisión fuera de competencia». «Se está produciendo un incremento de los olores como en los peores tiempos. Los registros que tenemos desde 2008 nos dice que hemos vuelto a olores que hace mucho tiempo no se daban; como el que llamamos olor A aceite o almazara», ha indicado Villalobos.
