El candidato a revalidar la Alcaldía entiende que dispersar el voto de este espectro político tiene un riesgo claro, y es la permanencia del sanchismo, enemigo a batir
La presidenta de la Comunidad y candidata del PP, Isabel Díaz Ayuso, y el alcalde de la capital y candidato de este partido, José Luis Martínez-Almeida, abren este jueves la campaña electoral en la plaza de Felipe II, a las 19.30 horas, con la vista puesta en volver a conquistar Madrid y ser «contrapeso del sanchismo».
Los ‘populares’ vuelven al corazón del barrio de Salamanca, uno de sus principales feudos en la capital, para, juntos, dar el pistoletazo de salida a una campaña electoral que afrontan con prácticamente todas las encuestas a favor. Ayuso alcanzaría la mayoría absoluta y Almeida se colocaría como la primera fuerza, lo que le permitiría volver a hacerse con el bastón de mando.
Mucho ha cambiado la situación desde que dos desconocidos políticos madrileños se presentaran en 2019 a los comicios aupados por el entonces presidente del PP Pablo Casado. El objetivo de entonces –salvar la Comunidad y recuperar la Alcaldía– nada tiene que ver con el de ahora y, tras la gestión de la pandemia, Ayuso y Almeida son dos de las caras más conocidas de la política nacional.
La relación entre este tándem de ‘partners’, como ellos mismos se denominan, no ha pasado por su mejor momento durante estos últimos cuatro años. El papel del primer edil como portavoz nacional del PP y su posición cercana al expresidente Casado en la batalla interna que le enfrentó a la presidenta hizo que la relación se deteriorase.
La paz llegó con el Congreso Regional que llevó a Ayuso a la Presidencia del PP madrileño y, desde entonces, ambos afirman ir a una, lo que se ha podido ver en la configuración de las listas electorales y en los actos compartidos.
Confrontación con Sánchez
Ayuso ha realizado una agotadora precampaña. Se ha recorrido muchos municipios madrileños con paseos por sus calles y comidas con afiliados y simpatizantes del partido y no ha dudado en cargar contra el que considera su principal enemigo: el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. El incidente del Dos de Mayo con el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, hizo palpable el enfrentamiento.
La dirigente madrileña llega a la recta final con un doble objetivo fijado: lograr la mayoría absoluta en la Comunidad y conseguir ‘teñir de azul’ la mayoría de municipios de la región, tal y como sucedió durante los comicios del 4M. Para ello, a nivel autonómico enfocará la campaña en vender gestión pero también dará «todas las batallas ideológicas» y, a nivel local, ofrecerá renovación y situará a los alcaldes de la izquierda como «representantes del sanchismo» en Madrid.
Desde el PP madrileño se ha diseñado una campaña a la medida de la presidenta: con actos sectoriales por la mañana (donde desgranará su programa electoral) y mitines por la tarde. Llenará su agenda de entrevistas, acudirá a un solo debate electoral, el de Telemadrid, y se rodeará no solo del actual presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, sino también de los expresidentes José María Aznar y Mariano Rajoy.
La «amplia mayoría» de Almeida
Junto a su jefa de campaña, Inmaculada Sanz, y el portavoz de la misma, Borja Carabante, Almeida se subirá al PP bus este viernes para recorrer los 21 distritos de la ciudad en dos semanas repletas de mítines, paseos y encuentros con vecinos.
Durante la precampaña, con las encuestas de cara, ha hecho hincapié en la necesidad de que el voto de centro-derecha se vuelva a unir en la «casa común» del Partido Popular, y para ello se ha dirigido tanto a los votantes de CS como de Vox.
El candidato a revalidar la Alcaldía entiende que dispersar el voto de este espectro político tiene un riesgo claro, y es tanto la permanencia del sanchismo, enemigo a batir, como la conformación de un Gobierno «Frankenstein» en Cibeles conformado por PSOE, Más Madrid y Podemos.