El pasado viernes 21 de noviembre se procedió al cierre de La Riviera, una de las salas de conciertos más emblemáticas de Madrid.
Clausurada sin previo aviso
La decisión ha estado rodeada de polémica, por un lado, la sala denuncia en un comunicado oficial que “la comunicación de la clausura se nos notificó el jueves por la noche y se ejecutó el viernes, sin darnos tiempo a reaccionar ni avisar al público y proveedores en general (…) esta premura nos lleva a preguntarnos por las razones de urgencia que han llevado a tomar esta medida, cuando el expediente en virtud del cual se clausura la sala databa de hace dos años y se refería a problemas menores”.
Desde los partidos de la oposición se cree que estas clausuras llegan tarde y que muestran la “absoluta dejadez municipal en este tema”. Ya en febrero, el PSOE presentó una propuesta en el Pleno del distrito en la que se pedía que se instara al Ayuntamiento de Madrid para que “actuara contra la situación de ilegalidad en la que se encontraba la sala”. Y es que eran muchos los vecinos que se quejaban de los problemas de ruidos y tráfico que provocaba.
La razón oficial del cierre es que “la actual licencia de funcionamiento no se ajusta a las modificaciones que se han hecho en el local y que requieren, por tanto, de una nueva licencia que se está tramitando en la actualidad”.
Por eso Óscar Iglesias, portavoz socialista del distrito, se pregunta “¿por qué no hizo caso el Ayuntamiento a las denuncias y ahora cierra la sala deprisa y corriendo?”.