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La tragedia de los boers

Por Luis Merlo Flores

Referente a la forzada y caótica “liberación” de las colonias africanas, el caso más patético y doloroso fue el de Sudáfrica, la única nación blanca en el continente y decididamente la más avanzada. Colonos holandeses se establecieron en Capetown a mediados del siglo XVII. Pocos saben que en el territorio no residían bantúes.

De hecho, el primer encuentro entre la población blanca (boers) y los bantúes se produjo recién a mediados del siglo XIX a la altura de Natal. Los boers, luego de la ocupación inglesa, decidieron emigrar al norte para evitar las leyes y los impuestos británicos y, los bantúes, procedentes del centro de África, emigraban hacia el sur.

Cuando llegaron los blancos a Sudáfrica sólo se encontraban los bosquimanos, una raza distinta a los bantúes, de tamaño bastante más pequeño que vivían en tribus reducidas y que eran relativamente pocos individuos.

Estos nativos sufrieron a consecuencia de su primer contacto con los blancos el ser diezmados por las enfermedades que traían estos últimos y que al contagiarles resultaron ser mortales para ellos. Los sobrevivientes, en su mayoría, se refugiaron en el desierto de Kalahari.

Capetown tenía una ubicación estratégica de gran importancia puesto que dominaba el paso obligado del Atlántico al Índico. Los colonos se dedicaban a la agricultura y eran llamados boers, que en holandés significa campesino.

Cuando, con la excusa de que Napoleón había dominado Holanda, los ingleses ocuparon el territorio de Sudáfrica en 1795, en Capetown sólo había una reducida guarnición holandesa.
A partir de 1835, los boers, que no querían aceptar ni las leyes ni los impuestos británicos, abandonaron sus granjas y, liderados por Paul Kruger, emigraron al norte.

La tragedia de los boers
Paul Kruger.

Allí crearon naciones independientes, dos de las cuales son reconocidas internacionalmente: Transvaal y Orange Free State. Los boers, sencillos labriegos, tuvieron la desgracia de establecer sus granjas encima de los más grandes yacimientos de oro y diamantes en el continente, despertando de esa manera la codicia de muchos ingleses que se introdujeron en su territorio para iniciar su explotación.

En 1877 Inglaterra declaró la anexión de las repúblicas boers, pero estos se resistieron y se inicia la primera guerra boer (1880-1881), que fue ganada por estos últimos. Entonces Inglaterra se vio obligada a reconocer al Transvaal y al Orange Free State.

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A los boers no les interesaba la minería, ellos eran agricultores y se concentraban en sus granjas, pero los buscadores de oro y diamantes ingleses siguen afluyendo al territorio.

La tragedia de los boers
Alfred Milner.

Como Paul Kruger limitaba la explotación minera en territorio boer; con la complicidad de Lord Milner (gobernador de Sudáfrica), un aventurero llamado Cecil B. Rhodes conspira para provocar una segunda guerra entre el Imperio inglés y las pequeñas repúblicas boers.

Organiza una invasión (el Jameson Raid 1895-1896) que fracasa, pero sirve de pretexto para que Inglaterra declare la guerra a los boers y esta vez se presenta en 1899 con importantes efectivos, pero en lugar de la fácil victoria que consideraban segura, se encuentran con una fuerte resistencia que prolonga la guerra durante tres años.

Para 1902 la gran superioridad inglesa se impone, pero han ganado esencialmente debido a que establecen campos de concentración donde recluyen a las familias de los boers. Encierros que causan gran mortandad entre las mujeres y niños y fuerza a los guerrilleros boers a rendirse.

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Cecil B. Rhodes.

Cecil B. Rhodes, con el dinero de Rothschild de quien era el agente en África, compra los derechos de casi todos los pequeños mineros y establece dos gigantescos consorcios: uno de oro (Gold Fields of South Africa) y el otro de diamantes (De Beers). Los principales propietarios de estos consorcios son: Oppenheimer (diamantes) y Rothschild (oro).

La tragedia de los boers
Lionel Walter Rotschild

Poco después de la guerra del 14 en la que un contingente boer ha participado, llaman a elecciones en Sudáfrica, que son ganadas por la mayoría boer, y el ex General Botha (jefe guerrillero en la guerra boer) es nombrado presidente, mientras que el general Smuts (también antiguo jefe guerrillero) su ministro de Defensa.

Para ese entonces, este último demostró estar controlado por la Masonería, o simplemente comprado por los dueños de las minas.

La tragedia de los boers
Jan Smuts.

Los planes a largo plazo de la Masonería no contemplaban la existencia de una nación blanca en África. En 1921-1922, la dirección de las minas, en una decisión maquiavélica, deciden bajar los salarios de sus empleados (la gran mayoría de los trabajadores eran blancos). Los obreros declaran una huelga y bajo este pretexto la dirección de las minas decide echar a todos los huelguistas.

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Se desata la violencia, pero interviene el ejército enviado por Jan Smuts y los huelguistas son aplastados. Entonces, siguiendo un plan preestablecido, la dirección de las minas reemplaza a los trabajadores blancos por bantúes o negros que rinden menos, pero aceptan salarios reducidos y hay bantúes de sobra para contratar.

Las minas representan un magneto que atrae a miles de negros al sur que, bajo el dominio inglés, son permitidos como residentes, desequilibrando el balance racial del país. Los negros en pocos años tienen una mayoría absoluta en Sudáfrica.

El gobierno bóer reacciona en 1948 imponiendo el apartheid, medida que la prensa se encarga de convertir en algo no sólo racista sino malvado. En realidad sólo fue una medida de autodefensa que básicamente mantenía a los negros fuera del Gobierno.

Cuando la Masonería comienza a forzar la descolonización del continente africano, utilizando agentes ingleses, norteamericanos y soviéticos, se pone en marcha una fuerte presión internacional contra el apartheid, presionando para imponer la falsa “democracia” de “un hombre, un voto”.

La tragedia de los boers
Nelson Mandela y Harry Oppenheimer.

Naturalmente los 5.000.000 de blancos en Sudáfrica rechazan la idea, pero la presión mundial es abrumadora, incluyendo un boicot internacional. Finalmente, en 1994 se ven obligados a aceptar un gobierno negro con Mandela a la cabeza, a pesar de su falta de cualificaciones.

La mayoría de blancos de origen inglés se van a Europa, pero los boers no tienen país que los pueda acoger. Ellos se consideran y son africanos, luego de más de tres siglos en el continente.

En la actualidad, los tres millones de boers aun residentes como agricultores en el territorio, deben enfrentarse a un antagonista Parlamento negro que ha tomado medidas en contra de ellos y se niega a darles protección. Esta minoría boer (unos 3.000.000) continúa dedicándose a la agricultura, pero se encuentra bajo el control de un Gobierno constituido por negros que la odia.

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A pesar de ser la única comunidad productiva en el país, se encuentran acosados por bandas de criminales negros que irrumpen en sus granjas y asesinan a las familias, entre ellas a Terré Blanche en 2010, el líder boer del AWB, con el Gobierno negro negándose a intervenir.

Además, recientemente en el año 2021, les han comunicado que el Parlamento ha decretado confiscar sus granjas sin indemnización alguna. Vale mencionar que las granjas que habían sido anteriormente confiscadas y entregadas a los negros, fueron abandonadas y hoy siguen sin cultivar.

Es una situación gravísima, porque los boers no tienen adonde emigrar. Pero por supuesto, la misma prensa que tanto criticó el apartheid no habla de tal situación, mucho más grave que la discriminación racial anterior.

Por supuesto, lo que continuó funcionando sin problemas son los dos grandes consorcios de diamantes (DeBeers de Oppenheimer) y el del oro de Rothschild (Gold Fields of South Africa), aunque según parece, los filones de oro están casi agotados, por lo cual Rothschild ha indicado su intención de vender las minas.

En la actualidad existe un Movimiento de Resistencia boer, el AWB que intenta salvar a los últimos boers de su destrucción por el Movimiento Nacional Africano.

Es bastante irónico que en este caso particular, los auténticos nativos son los boers que supieron crear una nación muy desarrollada (recordad que el primer trasplante de corazón fue llevado a cabo por el Dr. Barnard en el Grotte Schuur Hospital) y los invasores son los negros que llegan al territorio recién en la segunda mitad del siglo XIX e invaden el país por una sucia maniobra gestada por el Commonwealth.

A continuación, bajo la norma impuesta internacionalmente de «un hombre, un voto» y la fuerte presión de los EEUU e Inglaterra en particular, terminan apoderándose de un país que otrora fuera próspero y avanzado.

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