Por César Blanco González
Queridos lectores, hemos llegado a un punto que hace tres años hubiera parecido inimaginable. ¿Recordáis los tiempos de «si pactara con Iglesias no dormiría tranquilo»?
Pasamos a centrar objetivos en «quiero llegar a casa sola y borracha», en lugar de tomarse en serio la gestión del virus que teníamos encima. ¡Ay, qué tiempo! Aún había margen de no acabar inmersos en esta dictadura del siglo XXI.
Veamos, Europa en general y, España con más ahínco, lleva años dándolo todo por las mal llamadas energías renovables y demás fantasías animadas. ¿Quién hizo el cálculo? Que nos enseñen las previsiones. ¿O es que no hay tal estudio sería y todo ha sido a pelotazo?
El caso es que ahora nos cuesta la energía un ojo de cara. Dado el fracaso de las ‘Gretadas’, hasta usamos gas para producir luz; dependeremos de sátrapas africanos, de Putin y Maduro para calentar las casas este invierno; han tenido la indecencia de cerrar centrales nucleares sin un plan serio y.… ¿resulta que nuestro caudillo Sánchez nos dicta que temperatura hemos de tener en nuestros negocios?
Supuestamente no hay suficiente energía para que los comercios puedan iluminar sus escaparates, ¿y nos quieren obligar a comprar una tartana de coche eléctrico?
No sólo no se dignan a reconocer que con las renovables nos estamos arruinando y es inviable, sino que Pedrito nos escupe en la cara y quiere que se note quién es el «Nicolás Maduro Ibérico», haciendo la payasada de la corbata y el mismo día usando un helicóptero, el Falcón y un Audi A8 para recorrer una distancia ridícula.
No tiene ni el más mínimo sostén técnico que en España no reabran nucleares, y que se enjuicie a los responsables de haber dinamitado las anteriores.
La pregunta del millón: ¿Los españoles tenemos algún límite en el aguante a que se rían de nosotros? ¿O hagan lo que hagan tragaremos hasta el infinito? Seguro que quedará algún españolito que diga “como lo dicen en la tele, palabra de Dios”.
Los futuros votantes del PSOE deberían ir a los minutes con un «Pedro, dame más, que me gusta».
