Vanesa y Gema, las dos jóvenes peluqueras que regentan este negocio en la calle Mar de Kara, en el barrio de Hortaleza, nunca olvidarán el susto que recibieron el pasado 31 de octubre. Poco antes de las 16:00, cuando se encontraban trabajando en su peluquería, un grupo de siete niños aproximadamente irrumpió en el establecimiento rompiendo la puerta del mismo y dirigiéndose directamente a la caja registradora. Gema, que se encontraba en el almacén interior, oyó los gritos de su compañera Vanesa al ver entrar violentamente al grupo de jóvenes delincuentes, y salió en su ayuda. Algunos de los niños, al darse cuenta que aparecía una segunda persona, huyeron corriendo. Pero los tres o cuatro que se quedaron se abalanzaron sobre Gema propinándole una brutal paliza, que desembocó en multicontusiones y un fuerte dolor en el abdomen al respirar; así lo reveló posteriormente el informe médico de urgencias. Como pudieron, las dos jóvenes llamaron a la Policía, consiguiendo así que los agresores se marcharan, pero ésta tardó en llegar más de 20 minutos.
Finalmente, los chicos sólo consiguieron hacerse con la hucha de las propinas, pero el miedo generado por los daños físicos y morales a estas trabajadoras les quedará para siempre.
Un barrio conflictivo
Al parecer, los robos, tirones de bolso, e incluso otro tipo de agresiones mucho más serias son continuas en esta zona del distrito de Hortaleza. Los vecinos, alarmados por los sucesos de los últimos meses, no se atreven a acusar directamente a nadie, pero sin quererlo todos miran a la Residencia Infantil Isabel Clara Eugenia, cuya Dirección no ha querido hacer declaraciones a este periódico, y a un nuevo centro correcional que hay en la zona. Los niños que allí son acogidos, la gran mayoría de procedencia rumana y musulmana, y edades comprendidas entre los 13 y 16 años, no terminan de acomodarse a la vida que se les intenta ofrecer. Los actos vandálicos y los comportamientos incívicos se suceden semana tras semana.
