Cuando me despierto
al amanecer, oigo el susurro
de un pajarito
pero no sé si está en mi ventana
o en el ARRAYÁN de la montaña.
De donde quiera que venga
ese dulce cantar, te alegra el día
porque un pajarillo contento
es causa de alegría, para quien le escucha
y para el que entona la melodía.
El murmullo de las aguas del Río Turia
te hacen sentir contento
al amanecer del nuevo día
en particular si los destellos del sol
atraviesan la masía.
Esto es emocionante
poder pasar aquí unos días
y mirar a la montaña, porque esto
no se ve siempre, ni a una estrella fugaz
que pasa todos los días.
Los árboles cruzados
que el viento los bambolea
y ese fresco del alba que nos viene cada día
que te despeja la mente y te hace sentir feliz
el tiempo en esta masía.
El que quiera comprobarlo
y disfrutar unos días
que vaya a pasarlo bien
y a darse un cahpuzón
al Balneario de Chulilla.
Dedicado a mi amiga Paquita,
