Me perece aberrante que hayamos llegado al límite de que día sí y día también desayunemos con algún lamentable episodio de violencia doméstica como protagonista. Lo peor es que muchas veces esas muertes se podían haber evitado porque después de que la persona maltratada denuncia a su agresor lo más normal es que éste consiga burlar a la Justicia y llegue hasta la víctima sin problema. Una verdadera vergüenza.