El doctor Raad Salam fue muy crítico con el vídeo en el que aparece disparando el dirigente de Vox un fusil, jactándose de que la diana era un yihadista
El doctor en Filología Árabe, Raad Salam, acudió el pasado sábado al programa ‘El Mundo al Rojo’, espacio dirigido y presentado por Jesús Á. Rojo en Distrito TV, donde fue preguntado sobre el vídeo en el que aparece el secretario general de Vox, Javier Ortega Smith, disparando un fusil. «Este es un hijo de puta del Daesh que había que cargárselo», expresó el dirigente de Vox señalando los disparos acertados en la diana.
“El vídeo me toca a fondo. No se muestra que se es un machote cuando se tiene un arma”, criticaba Salam a Ortega Smith. «Si viese a un yihadista, Ortega Smith se cagaría en los pantalones». El escritor iraquí cuenta que haber pasado doce años de su vida en la guerra es muy duro, al igual que tener que dormir con cadáveres. “¿Qué muestras tú? ¿Has visto un yihadista en tu vida?” le preguntaba Raad Salam a Javier Ortega Smith.
En este sentido, el invitado del programa criticaba la actitud violenta del secretario general del partido de Santiago Abascal. Para el Doctor en Filología Árabe, que Ortega Smith disparara a un “yihadista” es entrar en el juego y en la provocación. A este respecto, incidió en que la labor del dirigente de Vox se debe marcar dentro del ámbito de la política. “Lo que hace es entrar en un juego y no hacer política”. También Salam le dice a Ortega Smith que para enfrentarse a alguien se debe utilizar el conocimiento, pues “un arma no vale para nada”.
Pérdida de trato con dirigentes de Vox
Raad Salam añade que el amor que siente por España es muy grande y que no quiere volver a pasar por una guerra como la que vivió en su país natal, donde vio morir a amigos a causa de los disparos de armas como la que muestra Ortega Smith.
Raad Salam también explica que antes tenía buena relación tanto con el presidente de Vox Santiago Abascal como con el secretario general del partido, Javier Ortega Smith, protagonista del vídeo que ha provocado el enfado del escritor. Sin embargo, éste señala que después de conseguir sus sillones en el Congreso de los Diputados, esa amistad se acabó: “Yo antes me hablaba con ellos y desde que tienen sillón, no” añade.
