En este mismo espacio avisamos a 30 de noviembre que la segunda ola llegaría en la segunda quincena de enero. Me llamaron de todo, menos guapo.
Llevamos un año con esta locura, a ver si ya nos adelantamos a las circunstancias. En esta vida los problemas no se solucionan solos.
Si se siguen tomando las mismas medidas y nos dirigen los mismos mediocres, las olas van a ser infinitas. ¿No les empalagan las tomaduras de pelo constantes del esclavo de Sánchez, Fernando Simón?
No, queridos lectores, la vacuna no va a ser la solución. La lista de chapuzas y despropósitos no puede ser mayor.
Sin entrar en detalle, tengan solo este dato en cuenta: en la Comunidad de Madrid somos poco más de seis millones y medio de habitantes, y en Israel algo más de ocho y medio. Ellos están vacunando a ritmo de 200.000 dosis al día, y no les doy la cifra de Madrid, que se echan a llorar.
Yo no creo que ninguna de estas vacunas vaya a ser efectiva. Se han saltado pasos tan importantes como la experimentación en animales, pero ojalá me equivoque.
En cualquier caso, algo puede fallar. Pero, ¿ven normal que en España todo falle? Es un peligro tener todos los huevos en la misma cesta, pues si la cesta se rompe… nos quedamos sin huevos.
Concentren energías para cuidarse solos, ningún gobierno nos va a salvar. Estamos nadando en un globalismo ‘progre’ que da miedo. No hay líderes, ni gestores preparados, ni siquiera gobernantes con cojones y casta.
Objetivamente, la menos mala es Ayuso, por eso esta campaña permanente contra ella. Tenemos a nuestra querida España agonizando económicamente.
En Castilla y León, por ejemplo, la tortura de Alfonso Fernández Mañueco a la hostelería no es normal ni lógica. Si Madrid está permitiendo subsistir al sector y eso no implica más fallecidos; ¿qué sentido tiene machacar a los hosteleros?
Esta tercera ola es resultado de las reuniones familiares domésticas de las Navidades, y no nos podemos permitir destrozar la pequeña y mediana empresa.
Lo que no me entra en la cabeza es que sea tan difícil controlar los botellones y similares salvajadas; no lo cortan de raíz porque no quieren.
Reflexión paralela: si Isabel Díaz Ayuso, haciendo lo mismo que hace, tuviera el físico de Cristina Almeida, ¿la tratarían mejor las feminazis? Ahí lo dejo.
Tenemos al alcalde más capaz, hábil y preparado de los últimos tiempos en Madrid, pero Almeida no quiere mojarse, su sueño húmedo es ser un Abel Caballero.
¿No les da pena ver cada vez más deteriorada nuestra ciudad? No hay día que pase por Antón Martín sin ver a negros vendiendo droga descaradamente.
En Lavapiés han sofisticado el método y tienen ‘moto camellos’. En la plaza, estos señores lo suministran a scooter y de ahí al reparto. Parece que estamos copiando lo peor de la estadounidense San Francisco.
Señor alcalde, ¿para qué cree que los madrileños votamos a PP, Cs o Vox? No era para mucho ‘lirili’ y estar como con Carmena.
Les envió ánimo, cariño y, olvídense de creer, que ni los sacamantecas globalistas, ni un pinchazo chapucero, les va a sacar de esto. Nos va a tocar luchar con el cuchillo entre los dientes. ¿Se acuerdan del dicho «nos van a comer los chinos»?
César Blanco González
