Antecedentes de la batalla de las Navas de Tolosa
Al tenerse noticia de la preparación de una nueva ofensiva almohade, Alfonso VIII, después de haber fraguado diferentes alianzas con la mayoría de los reinos cristianos peninsulares (Castellanos, Aragoneses, Navarros, Portugueses, Leoneses y voluntarios Franceses) con la mediación del Papa, decide preparar un gran encuentro con las tropas almohades que venían dirigidas por el propio califa Muhammad An-Nasir. Se estaba gestando la batalla de las Navas de Tolosa.
20 de julio de 1212; las tropas cristianas salen de Toledo hacia el frente de batalla. El ejército estaba formado por unos 85.000 soldados, al frente con los cruzados extranjeros, don Diego López de Haro, el señor de Vizcaya.Al-Nasir esperaba tranquilamente en la estribaciones de Sierra Morena, con sus 125.000 soldados preparados para la emboscada en los peligrosos pasos de Despeñaperros.
El milagro de Pastor o de San Isidro Labrador: evitan la emboscada
Cuentan las crónicas castellanas que quien reveló a las tropas la existencia de esta senda fue un pastor local, a quien algunos autores nombran como Martín Alhaja, mientras otros lo identifican con la aparición de San Isidro.El avanzado de don Diego López de Haro comprobó que el paso existía y que el pastor no les había engañado. Se dieron las indicaciones oportunas a los reyes y las tropas se dirigieron hacia el paso descubierto. Para entonces ya se había incorporado Sancho VII el rey de Navarra con 200 caballeros y unos 2.000 peones. El paso les condujo hacia un lugar llamado la Mesa del Rey, donde se estableció el campamento cristiano.
Comienza la batalla
Tras una carga de la primera línea de las tropas cristianas, capitaneadas por el vizcaíno don Diego López II de Haro, los almohades, que doblaban ampliamente en número a los cristianos, realizan la misma táctica que años antes les había dado gloria. Los voluntarios y arqueros de la vanguardia, mal equipados pero ligeros, simulan una retirada inicial frente a la carga para contraatacar luego con el grueso de sus fuerzas de élite en el centro.
A su vez, los flancos de caballería ligera almohade, equipada con arco, tratan de envolver a los atacantes realizando una excelente labor de desgaste. Al verse rodeados por el enorme ejército almohade, acude la segunda línea de combate cristiana, pero no es suficiente. La tropa de López de Haro comienza a retirarse, pues sus bajas son muy elevadas; no así el propio capitán, el cual, junto a su hijo, se mantiene estoicamente en combate cerrado junto a Núñez de Lara y las Órdenes Militares.
La carga de los Tres Reyes.
El ejército de Al-Nasir se desintegró
En las Navas de Tolosa, los arqueros musulmanes, principal y temible enemigo de los caballeros, sobre todo por la vulnerabilidad de sus caballos, no podrían actuar debidamente cogidos ellos mismos en medio del tumulto. La carnicería en aquella colina fue tal que después de la batalla, los caballos apenas podían circular por ella, de tantos cadáveres como había amontonados. El ejército de Al-Nasir se desintegró. En la terrible confusión cada cual buscó su propia salvación en la huida, incluido el propio califa.
La precipitada huida a Jaén de An-Nasir proporcionó a los cristianos un ingente botín de guerra. De este botín se conserva la bandera o pendón de Las Navas en el Monasterio de Las Huelgas en Burgos. Se considera el mejor tapiz almohade de los que hay actualmente en España.
Consecuencias de la Batalla de las Navas de Tolosa
Como consecuencia de esta batalla, se puso fin a la hegemonía musulmana en la península ibérica, que entra en su declive definitivo, y la Reconquista tomó un nuevo impulso que produjo en los siguientes cuarenta años un avance significativo de los reinos cristianos, que conquistaron casi todos los territorios del sur bajo poder musulmán.
La leyenda dice que en recuerdo de su gesta, el rey de Navarra incorporó las cadenas a su escudo de armas, cadenas que posteriormente también se añadieron en el cuartel inferior derecho del escudo de España.
Escrito por Jesús Ángel Rojo, autor de «Cuando Éramos Invencibles»