El Ayuntamiento de Madrid ha ratificado recientemente el precinto de la discoteca Moma 56, en la calle José Abascal. Los agentes de la Unidad Integral de la Policía Municipal de Chamberí contabilizaron, el pasado 17 de noviembre en el interior de la sala, un total de 1.510 personas, por tanto según ellos, quintuplicaba el aforo máximo que permite su licencia de actividad, de 298 personas. A pesar de la aglomeración, la evacuación se produjo sin incidentes, de forma totalmente pacífica y voluntaria.
Esta clausura ha sido recurrida al Contencioso Administrativo, según fuentes de la Plataforma de Ocio y Turismo de Madrid. La versión mantenida por Policía Municipal no coincide con la de un notario que contabilizó, en las siete horas de grabación de los videos de seguridad, un total de 1.094 personas, 416 menos de las que figuran en el informe policial. Lo más flagrante del caso, es el despido de 58 trabajadores que se van a la calle, a los que se suman las numerosas pérdidas económicas de las fiestas programadas para el periodo navideño. Al tratarse de una medida cautelar, por el momento no se sabe la fecha de reapertura y se desconoce la sanción.
Informe del COAM
Dos técnicos del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM) han elaborado un informe que revela que el Moma tendría una capacidad de casi 1.300 personas de aforo real, e incluso de cerca de 900 en el caso de que se cerrara una de las puertas principales. El sistema de inspecciones y seguridad llevado a cabo por el consistorio madrileño se produce "con criterios urbanísticos y medioambientales, no de seguridad", según la Plataforma, porque por ejemplo, una sala de conciertos en Moratalaz puede tener un aforo de 150 personas, cuando en Chamberí con las mismas dimensiones no pasa de 50.
Desde marzo del año pasado la negociación de revisión de capacidades en los locales madrileños está bloqueada, "ya que el Ayuntamiento de Madrid impone una restricción en los aforos que no coinciden con los de Protección Civil y Bomberos", concluyen desde la Plataforma.
