Cuesta trabajo creer que una determinada emisora de televisión, La Sexta, se vaya a erigir, gracias a más que turbios privilegios asumidos con prisas por Prisa, en la primera y única televisión por la que se puedan ver los partidos del campeonato mundial de fútbol que se han de celebrar durante el próximo mes de junio. Esto quiere decir que más de media España se verá privada de las imágenes de tal evento porque alguien del mundo mediático se ha dado prisa para quedarse con el santo y la limosna mientras las instancias que deben regular estas cuestiones miran para otra parte. Si este atropello llegara a consumarse solo sería posible porque la "sexta" se mueve en un país de tercera, pase lo que pase y pese a quien pese, propio de cuanto respira por pestilencias tercermundistas por los cuatro costados. Que TVE y otras emisoras con cobertura nacional puedan quedar al margen de los campeonatos del mundo, por excelencia, nos da idea de porque manos, para nuestro mal, transcurren últimamente los manejos ¿informativos? En nuestro país. Si finalmente es la "Sexta" la que irroga tal privilegio será un buen motivo para mandar a esa emisora a los más bajos fondos de la peor audiencia porque muchos estamos dispuestos a ello contando con el consuelo de las retrasmisiones radiofónicas, casi siempre más vivas en relato y peripecia que las rancias imágenes de emisiones con su bozal de caporal a cuestas.