Ahora que está de moda Cervantes, después de encontrar su tumba en el convento de las Trinitarias viene a colación una cita de su obra más célebre. En un capitulo escribía una carta Don Quijote a Sancho Panza, gobernador de Barataria, que decía así: “Para ganar la voluntad del pueblo has de hacer dos cosas: la una ser bien criado con todos, aunque esto ya otra vez te lo he dicho y la otra, procurar la abundancia de los mantenimientos, que no hay cosa que más fatigue el corazón de los pobres que el hambre y la carestía”.
Ante esta afirmación en la que la mayoría de los mortales estaremos de acuerdo, la cuestión es cómo llegar a la solución. Algunos, propugnan nada más que denunciar cosas malas y aplaudir las buenas. Así nadie puede estar en contra. ¡Que levante la mano quien esté a favor de admitir lo inadmisible! Es como Alberto Garzón, en su libro ‘Esto tiene arreglo’, que decía que solo 1500 personas, el 0.035 % de la población de España, controlaban recursos económicos por valor del 70% del PIB, refiriéndose a los consejos de administración de las empresas españolas que cotizan en bolsa. Posiblemente esta no es una buena situación, pero ¿qué hacemos?, ¿los matamos?, ¿intervenimos? En Cuba solo una persona controla la práctica totalidad de la riqueza del país.
Todas las peticiones para lograr un mayor gasto público, con metas siempre loables, no pueden concretarse sin subir los impuestos abogando por un materialismo de Estado al más puro estilo “estado benefactor” que nos promete un bienestar sin esfuerzo.
Otros piensan que con su visión de la economía, que han puesto en marcha en fechas pasadas, van a conseguir arreglarlo todo de un plumazo sin esfuerzo con un mayor gasto público, pero creo sinceramente que es una solución errónea, porque cuando el Estado falla la solución no es más Estado, endeudándonos más, porque no veo nada más insolidario con nuestros hijos que cargarles con nuestras deudas de manera que nosotros disfrutamos hoy para que ellos lo paguen mañana.