Según Abc, Jacinto pasea en bicicleta por las rutas sin asfaltar de la Casa de Campo, entre el pinar histórico de Las Siete Hermanas. Vecino de la zona de Batán, desde principios de año ha cambiado su rutina deportista.Antes salía a recorrer por la zona después de las diez de la noche; ahora, decide hacerlo a mediodía, coincidiendo con las horas en las que los menores extranjeros no acompañados (menas) que habitan el albergue juvenil Richard Schirrmann están dentro del inmueble para sentarse a la mesa. «Desde que llegaron aquí, nunca sabes lo que te puedes encontrar. Campan a sus anchas porque no tienen nada que perder: roban, agreden, les da igual», afirma el hombre, cansado ya de su presencia en el distrito de Latina. «Tenemos miedo a salir de casa a ciertas horas, sentimos inseguridad porque la situación está fuera de control. Parece que todo lo que pasaba en Hortaleza ahora está pasando aquí», continúa el vecino.
A sus cuarenta y cuatro años, lleva toda la vida viviendo en esta parte de la capital y afirma que «nunca» se había sentido como ahora. Culpa, sin dudarlo, a los menores de los actos vandálicos que ocurren con frecuencia. «No se puede estigmatizar. Los habrá buenos y no tan buenos. Tendrán historias complicadas, pero a los residentes nos dificultan la vida. Estamos