El Planetario es el centro más visitado de los que dependen del Ayuntamiento de Madrid. Con 208.000 visitas al año supera al museo de San Isidro, al Templo de Debod y al que acaba de cerrar, el Museo de la Ciudad. Es el lugar favorito para mirar al cielo de los niños menores de 14 años y los mayores de 65, quienes entran por 1,55 euros. “Se trata de uno de los espacios más queridos por los madrileños por su labor de divulgación científica, sus cursos y observaciones astronómicas con telescopios desde el Parque Tierno Galván”, precisa Jaime Lissavetzky, portavoz del grupo municipal socialista.
La directora general de Archivos, Museos y Bibliotecas del Ayuntamiento de Madrid ha reconocido la necesidad de inversión que tiene el Planetario, ya que sus instalaciones tecnológicas llevan allí muchos años y se van quedando obsoletas. Sin embargo, el gobierno municipal no tiene previsto invertir ni un euro en modernizar este lugar. “Están pensando en algún proyecto de colaboración con alguna institución pública o privada que les ayuda a mejorarlo”, advierte Lissavetzky, quien acusa al Ejecutivo de la Ciudad de “querer privatizar hasta el cielo de Madrid”.
El Planetario, inaugurado en 1986, como uno de los mejor dotados del mundo, sólo ha sido actualizado en 1992, por lo que su equipamiento técnico necesita con urgencia ser adaptado a la era digital y evitar la dificultad de encontrar repuestos en caso de averías. De esta forma, las producciones que se realizan podrían ser exportadas.
“Se trata del único espacio municipal destinado a los niños. El Ayuntamiento ha paralizado las obras del Conjunto Daoíz y Velarde en Retiro, de lo que se anunció como el gran Teatro de los Niños en Madrid; por eso y por el escaso apoyo del PP a la investigación y la ciencia y de los gestores de la cultura municipal a la divulgación científica, es esencial que apoye en estos momentos la modernización del Planetario de Madrid, algo que forma parte de nuestra cultura, nuestra formación e incluso nuestro paisaje”, reivindica el portavoz socialista.
Finalmente, Lissavetzky recuerda que el gobierno municipal ha cerrado sin avisar el Museo de la Ciudad y exige que “se mejoren los espacios que funcionan bien. Al menos deberían dedicar los más de 300.000 euros que se ingresan por el uso del Planetario a la mejora de esta misma instalación”.
