Sobre la guerra y el enemigo, por José Luis Escobar Arroyo//
El Presidente del Gobierno nos habla de guerra, de posguerra y de victorias. Utiliza el lenguaje bélico para aparecer como el líder de la resistencia ante el invasor. La metáfora de la guerra nos obliga a reflexionar sobre quién es el enemigo. Aquél que, avisado del ataque, no provee a la población de defensas de forma inmediata, y provoca su desgracia: ése es nuestro enemigo.
Aquél que pudiendo cerrar las fronteras al atacante, las deja abiertas: ése es nuestro enemigo. Aquél que no dota de defensas a quienes están en primera línea de fuego y provoca su caída. Deja así más indefensos aún al resto de los nuestros: ése es nuestro enemigo.
Aquél que congrega a las masas y facilita la carnicería de los nuestros: ése es nuestro enemigo. El mismo que no dota a la población de los medios para ponerla a salvo, a pesar de conocer lo mortífero del ataque: ése es nuestro enemigo.
El que no protege a la población identificando las personas que son o pueden ser objetivo de ataque: ése es nuestro enemigo. Aquél que acepta un soborno para lanzar propaganda que oculte el peligro del enemigo y lo presente como aliado, y colabore con su estrategia: ése también es nuestro enemigo.
Aquél que puede socorrer al que va a perecer y no lo socorre, lo mata: ése es nuestro enemigo. Una vez identificado nuestro enemigo, ya habremos concluido que el coronavirus SARS-CoV-2 es solo un arma. Un arma formidable en manos de un enemigo cruel.