A raíz de las quejas vecinales por la presencia de menores en la vía pública consumiendo alcohol ante un bar de la calle de Canillas, agentes de la Unidad Integral del Distrito de Chamartín, se personaron en el local y comprobaron cómo varios jóvenes que se encontraban en la puerta, se introducían corriendo en el interior del mismo ante la llegada del patrulla.
En ese momento se procedió a la inspección del local, dificultada por el numeroso público que se hallaba dentro, hasta el punto de peligrar la integridad física de las personas reunidas.
Debido a esta situación excepcional, los agentes desalojaron el bar como medida de seguridad preventiva ante posibles incidentes. El desalojo se realizó de manera ordenada y con absoluta tranquilidad por parte del público, al que previamente se habían dado instrucciones por megafonía. El recuento, llevado a cabo durante el desalojo, reveló la presencia de 287 personas, de las cuales 52 eran menores de edad. Todas se encontraban celebrando una fiesta de graduación de un centro de bachillerato de Algete, por lo que no había ningún representante de la propiedad del establecimiento. En su lugar, la barra estaba atendida por tres menores que despachaban bebidas alcohólicas, y un cuarto, también menor, haciendo las veces de disc-jockey. Según testificaron, la dueña del local les había cobrado 25 euros por persona y un mínimo de aforo.
El bar desalojado ejercía la actividad de “bar especial” pero, al no estar el propietario, no se pudo acreditar la actividad autorizada ni las condiciones que dicho local debía presentar para ello.
La intervención finalizó con la realización de la pertinente Acta de Inspección para dar conocimiento de todo lo efectuado. El exceso de aforo está considerada como falta muy grave por la Ley de Espectáculos Públicos y Actividades Recreativas.
