Vecinos del distrito de Salamanca, entre ellos residentes de Núñez de Balboa, protagonizaron una sonada cacerolada para exigir la dimisión de Sánchez
El vecindario del madrileño distrito de Salamanca protagonizó el pasado domingo, 10 de mayo, una multitudinaria cacerolada en señal de protesta contra el Gobierno de Pedro Sánchez y la gestión de éste ante la pandemia del coronavirus. El acto de protesta acabó con decenas de agentes de la Policía Nacional bloqueando la vía, bajo la estupefacción de los residentes.
La desaprobación al Ejecutivo de coalición de PSOE y Unidas Podemos se hizo patente en varias calles del distrito; si bien fue en la vía de Núñez de Balboa donde las soflamas y quejas resonaron con más fuerza. Numerosos vecinos de la zona salieron a los balcones con cazuelas para exigir la dimisión del presidente del Gobierno. Sin embargo, el reproche atronador atrajo a los uniformados.
Según se aprecia en los vídeos subidos a redes sociales por parte de los propios participantes en la cacerolada, varios coches patrulla se personaron en la calle de Salamanca. Un ciudadano indicó a través de Twitter que los agentes de la Policía Nacional llegaron a bloquear algunas de las calles donde se estaban produciendo las protestas. «Los policías han cortado el paso a los vehículos y han tomado datos a varios ciudadanos», publicaba.
Intervención de la UIP
Otros residentes manifestaron también su asombro ante la presencia de furgones de la Unidad de Intervención Policial (UIP); los conocidos como antidisturbios del cuerpo nacional de seguridad. “Han montado un dispositivo policial como si fuéramos terroristas», denunciaba otra vecina del barrio. Y es que la respuesta a la cacerolada por parte de los agentes ha sido interpretada por los residentes como una «disuasión totalitaria».
No obstante, fuentes policiales han aclarado los hechos. Según indicaron agentes del cuerpo al diario El Español, decenas de personas salieron a la calle «sin guardar las medidas y la distancia de seguridad». Los presentes secundaron también la cacerolada que comenzó después en los balcones. Después de recibir el aviso de un problema de «orden público», las autoridades acudieron al lugar y cortaron la calle. Tras hablar con los manifestantes apostados en la vía pública «incumpliendo el real decreto» se procedió a disolver la concentración.
La mayoría de los presentes, relatan las citadas fuentes, abandonaron la calle educadamente. Sin embargo, los agentes se vieron obligados a identificar a otros viandantes. En concreto, los uniformados recabaron los datos de 13 individuos por quebrantar las medidas de desconfinamiento; no por ondear la bandera de España, como aseguraban algunos usuarios en redes sociales.