Bernardo de Gálvez prevé la inminente guerra con Gran Bretaña.
El 19 de octubre de 1781 el ejército de la nueva república de EEUU vencía en Yorktown a los ingleses, dando por concluida la guerra de independencia norteamericana. En el desfile de la victoria, un militar español de nombre Bernardo de Gálvez cabalgaba junto al mismísimo George Washington. Era el reconocimiento oficial de los Estados Unidos a la importante ayuda que los españoles habían aportado a su independencia.
Bernardo de Gálvez es destinado a América en 1776 como coronel del Regimiento Fijo de la Luisiana y posteriormente se le concede el cargo de gobernador, del cual toma posesión el 1 de enero de 1777.
Gálvez comenzó con una fuerza de 667 hombres.Así que en la primera semana de octubre de 1779, el coronel Gálvez y su pequeño ejército habían capturado 550 británicos y mercenarios alemanes, 500 colonos armados y negros, y tres fortalezas ( Manchac, sin una sola baja, Baton Rouge y Natchez liberando la cuenca baja del río Mississipi de fuerzas inglesas que pudieran hostigar su capital, Nueva Orleans), capturando incluso un corsario inglés, el bergantín «West Florida», que había dominado el río durante dos años. Habían agregado 1.290 millas de la mejor tierra a lo largo del Mississippi al dominio español, y todo con un costo ridículo de un español muerto y dos heridos. Bernardo de Gálvez fue ascendido a General de Brigada.
La toma de Pensacola
La siguiente misión de Bernardo de Gálvez será tomar Mobile y Pensacola, capital ésta última de Florida, consiguiendo el primer objetivo el 13 de marzo de ese año. Realizó dos expediciones a Pensacola sin éxito. La tercera expedición contra Pensacola salió de La Habana el 28 de febrero de 1781 y culminó con la victoria el 8 de mayo.
Fue en esta acción de la toma de Pensacola donde Gálvez cobró mayor fama, al forzar con su bergantín “Galveztown” la entrada de la bahía y demostrando a los oficiales marinos de la expedición que aquello era posible. El jefe de la Escuadra española se había negado a dirigir sus barcos a la ciudad por lo peligroso de la misión. Fue entonces cuando Bernardo de Gálvez izó la bandera de almirante en su bergantín y entró solo en la bahía para dar ejemplo a los demás barcos. El mensaje que envió al capitán Calvo de Irazábal fue éste:
“Una bala de a treinta y dos recogida en el campamento, que conduzco y presento, es de las que reparte el Fuerte de la entrada. El que tenga honor y valor que me siga. Yo voy por delante con el Galveztown para quitarle el miedo».
Tras lo cual toda la flota le siguió y comenzó a hostigar a los ingleses. Poco después la ciudad capituló y fueron hechos prisioneros el general Campbell y el almirante Chester.
El Rey Carlos III concedió a Gálvez varios títulos entre ellos el de gobernador de la Florida y de Luisiana del oeste. Thomas Jefferson escribió al General Gálvez, expresando sus gracias por la ayuda de España a la causa revolucionaria.
España mutila las rutas inglesas
Gracias a esta victoria los españoles lograron el control de Florida y obligó a los británicos a mantener tropas en la zona, con lo que se abría otro frente por el cual las fuerzas británicas debían desviar tropas en perjuicio de sus posiciones en el norte donde luchaban contra los insurrectos norteamericanos y franceses, debilitándose aún más. Las actividades de los corsarios españoles fueron también un factor importante ya que ayudaron a mutilar las rutas inglesas de comunicación y transporte. Entre estos corsarios destacaba el español Jorge Farragut. Todo esto obligó a los británicos a la firma de un Tratado poco tiempo después. El propio Bernardo de Gálvez personalmente supervisó el ataque sobre las Bahamas y su rendición el 6 de mayo de 1782. Su ejército lo formaban 274 soldados regulares y 338 milicianos, que capturaron 12 barcos corsarios y 65 buques mercantes ingleses.
Gracias a la paz firmada en Versalles, se ponía fin al enfrentamiento británico y español producido en el contexto de aquel conflicto.Gran Bretaña cedió oficialmente la isla de Menorca; y las dos Floridas, dominando gracias a estas últimas el paso del canal de las Bahamas y la costa del Caribe, mientras que Gran Bretaña recibía las Bahamas y el derecho de cortar el palo de tinte en el tramo litoral costero de Belice, pero sin ningún derecho a la ocupación. Aunque no logró la recuperación de Gibraltar, en el plano americano el balance fue muy positivo para España, siendo, por contra, el mayor fracaso de los británicos en el siglo XVIII, sufriendo además severamente en su comercio naval, perdiendo más de 2.000 buques, 18 millones de libras y más de 12.000 prisioneros.
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