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Fue grata sorpresa ver que en vuestra publicación hay una sección destinada a aconsejar sobre asuntos legales de interés general. La sorpresa inicial se tornó hacia la casi indignación cuando llegué a la que sería la conclusión o al "consejo", con el que concluye esta opinión. Creo que este artículo pecó de irresponsable con un tema que nos atañe a todos, como integrantes de una sociedad donde la vivienda es un problema general. Aconseja al propietario que exija un "aval suficiente para que en caso de un incumplimiento en el pago del arrendamiento pueda ejecutarse el mismo". Unas líneas antes habla del desalojo en 8 meses y se entiende la necesidad de cubrir esos 8 meses de deuda del arrendatario. La moda del aval bancario es NUEVA. Y en muy poco tiempo la gente se ha inventado mitos del tipo: si usted es un buen cliente el banco le da el aval sin más. FALSO. Salvo que definamos un buen cliente como alguien que mueve suficiente dinero como para alquilar por capricho en vez de comprarse una casa… al contado. Se me antoja más constructivo y responsable hacer un análisis sobre la garantía de alquiler ofrecida por alguna corte de arbitraje, que ofrece el desalojo del inquilino en un plazo máximo de 3 meses. Está bien aconsejar y publicar. Pero mucho mejor si lo hacemos en forma no egoísta, constructiva, coherente y sobre todo responsable. Muchos hemos pasado por el amargo trago de alquilar una vivienda en Madrid y tuvimos que lidiar con propietarios que exigen como única garantía el aval bancario para acceder a un alquiler ya de por sí MUY CARO. O sabemos lo que es ser propietario y querer alquilar, temiendo siempre quedar expuesto ante la falta de garantías, vacíos en la ley, etc. Aconsejar al propietario como única solución "hacer los contratos de arrendamiento con la fianza de un aval suficiente" que ayude a cubrir los gastos, habiendo mencionado que se tarda 8 meses en desalojar a una persona, sólo ayuda a transformar el alquiler de una vivienda en algo al alcance de unos pocos y a alimentar las originales invenciones de aquellos que vuelcan los argumentos a su favor en función del lado en el que les toque estar. El propietario que entiende que no se puede pedir menos que un buen aval bancario, desechando a todo aquel que no lo tenga, es el mismo que, si tuviera que estar de inquilino, por la naturaleza de su comportamiento se negaría a entregar un aval "por principios", "por derecho" a no hacerlo. La ley de la oferta y la demanda, a día de hoy, deja al propietario con la sartén por el mango en cuanto a precios, exigencias, y lo más importante… LOS MODALES que algunos creen tener derecho a tener por el hecho de poder elegir. Un consejo como el dado alimenta la maquinaria de este absurdo motor del mercado de alquiler para que la cosa vaya hacia donde nadie quiere que vaya, por lo menos de la boca hacia afuera. Espero que publiquen lo que quepa de esta extensa carta y/o que el próximo consejo construya en vez de destruir.

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