La Consejería de Educación cesa al anterior director del centro Blas de Lezo.
Tras un verano de continuas movilizaciones por parte de las familias del colegio Blas de Lezo, ubicado en Las Tablas -en Fuencarral-El Pardo-, tras la decisión de la Consejería de Educación de cesar al anterior director del centro, Javier Montellano, el otoño regresa con los padres y madres en pie de guerra, anunciando éstos una concentración de carácter indefinido.
Según un comunicado remitido por la Asociación Vecinal Las Tablas, varias decenas de familias, hartas de los numerosos cambios realizados por la Comunidad de Madrid “y de ser ignorados ante su petición de regreso del anterior equipo directivo” han optado por manifestarse a las puertas del complejo.
Y es que a pesar de las diferentes promesas realizadas por el actual consejero de Educación, Enrique Ossorio, la viceconsejera de Organización Educativa, Pilar Ponce, e incluso del actual vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio Aguado (Cs), de solucionar el malestar generado a las familias, lo cierto es que, según citan las familias, en los últimos días lo que han recibido por parte de los nombrados han sido “evasivas, excusas e invitaciones a dejar la reivindicación y conformarse con la dirección actual”.
Según portavoces de los padres y madres de alumnos del centro, “en las escasas tres semanas desde el inicio de curso, hemos visto grandes cambios en la convivencia del centro que no hacen más que demostrar que la nueva dirección ha llegado para eliminar el novedoso proyecto educativo que el equipo de Montellano levantó”.
Continuos castigos que recibe ahora el alumnado por hablar o mirar el reloj en clase
Una de las madres, Ana Domínguez, señala como ejemplo que “las familias tenemos totalmente prohibido pisar el centro Blas de Lezo ni siquiera para dejar o recoger a nuestros hijos e hijas como se ha hecho siempre”. Otro padre se queja de “los encorsetados horarios por asignaturas y la eliminación de sesiones dobles de castellano y/o inglés que van en contra del Aprendizaje Basado en Proyectos que con tanto éxito se ha realizado en el colegio”.
Un tercer detractor lamenta que son los “continuos castigos que recibe ahora el alumnado por hablar o mirar el reloj en clase”. Pero sin duda la medida más impopular de todas, según las familias, es la primera que ejecutó la nueva directora: “el cambio de ubicación del antiguo despacho de dirección -10 metros cuadrados anteriormente compartidos por el director y jefa de estudios cesados-, a lo que era la sala de profesores de un tamaño cuatro veces mayor, para ocuparla ella en exclusiva”.
Esta actuación, señala Ana Domínguez, “ha producido diferentes reubicaciones de espacios, el más grave haber mandado cinco aulas de Educación Infantil al pabellón de Primaria, sin baños adaptados en las aulas”.
Además la indignación entre las familias crece cada día. Muestra de ello es la última imposición que aseguran haber recibido por parte de la nueva dirección del colegio Blas de Lezo sobre la que aseguran “se nos exige abandonar el recinto del colegio de forma inmediata nada más recoger a nuestros hijos e hijas.
Esta medida es radicalmente opuesta a la que se seguía con el equipo directivo cesado, ya que nos dejaban permanecer en el colegio hasta la hora del cierre para que nuestros pequeños pudieran disfrutar un ratito más de su querido cole y sus maravillosos compañeros”.
