Mendigos, prostitutas, drogadictos, mafias y delincuentes eran los moradores habituales de la Plaza Santa María Soledad Torres Acosta hasta que los vecinos de la zona dieron la voz de alarma. Hartos de peleas, robos y enfrentamientos enviaron un vídeo a Alberto Ruiz-Gallardón denunciando el día a día de su barrio, el barrio de Universidad, cercano a la Gran Vía. Días después, todos los temores vecinales se confirmaron y de nuevo esta plaza, más conocida por todos como Plaza de la Luna, se convirtió en noticia por la muerte de una mujer ucraniana de 35 años tras recibir 14 puñaladas. A partir de este trágico asesinato, las reacciones se sucedieron y no faltaron las voces reclamando medidas urgentes y definitivas para la recuperación de una de las zonas más degradadas de la ciudad. Medidas que no se hicieron esperar demasiado para descanso de muchos, pero también para preocupación de otros.
Para empezar, el Ayuntamiento de Madrid y la Delegación del Gobierno hicieron público el pasado 27 de junio, al término de la reunión del Consejo y la Junta Local de Seguridad, el refuerzo policial en el barrio de Universidad, de manera que el entorno de la Plaza y de las calles Luna y Desengaño estará vigilado las 24 horas del día. En la misma línea, también se va a potenciar el Plan Especial de Centro para garantizar la seguridad en todo el distrito en el que participan los tres Cuerpos de Seguridad presentes en Madrid.
Sin embargo, fueron las declaraciones del concejal de Seguridad, Pedro Calvo, las que suscitaron mayor polémica. El Ayuntamiento reclamó medidas coercitivas para que los policías y los servicios sociales puedan retirar mendigos y prostitutas de la calle sin esperar la orden judicial correspondiente. Para Calvo “quizá haya llegado el momento de dejar de un lado el lenguaje políticamente correcto y decir abiertamente que a lo mejor hay que obligar a que estas personas abandonen los lugares que convierten en sus viviendas, creando una situación de marginación, de inseguridad subjetiva y de estigmatización para el vecino del barrio en el que tiene que vivir”.
Las críticas socialistas no tardaron en llegar a cargo de Pedro Zerolo, concejal socialista de Servicios a la Ciudadanía quien manifestó que el verdadero responsable de la degradación de la zona es el alcalde quien no ha hecho nada para evitarla. Además, denunció que la intención de Calvo atenta contra los derechos y libertades de las personas reconocidos y garantizados por nuestra Constitución. Por ello, “es necesario -continuó Zerolo- que el Ayuntamiento se plantee con carácter de urgencia la aplicación de un Plan Integral para frenar la degradación de la zona; un plan que el alcalde prometió hace un año y que nunca ha llevado a cabo”.
Por el contrario, los vecinos han manifestado su satisfacción por la reacción del Gobierno municipal. El presidente de la Federación de Comerciantes y Vecinos de Centro, Florencio Delgado ha expresado su apoyo “rotundo e incondicional” a la iniciativa. De la misma opinión es el presidente del Foro Cívico Gran Vía, Juan José Cigarrán, quien ha celebrado que los niños y vecinos del entrono hayan vuelto a la Plaza de la Luna.
Por último el Ayuntamiento ha confirmado que estudiará la reforma urbanística de la plaza para convertirla en un sitio más diáfano y habitable y evitar los soportales actuales. Tampoco faltarán las políticas sociales y un paso inicial será la creación de un centro de día exclusivo para mendigos en la zona de modo que su inserción sea más fácil.
