La propuesta del presidente ruso Vladímir Putin para retomar las negociaciones de paz con Ucrania ha generado una inmediata y contundente respuesta por parte del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski. El líder de Kiev ha dejado claro que su país no se sentará a negociar sin un alto el fuego total, duradero y verificable que demuestre una verdadera voluntad de paz por parte del Kremlin.
Este nuevo capítulo en la guerra en Ucrania plantea importantes interrogantes sobre la sinceridad de Rusia en su oferta diplomática y sobre la estrategia de Ucrania para frenar una guerra que ya ha dejado decenas de miles de muertos y millones de desplazados.
Putin propone negociar en Estambul sin condiciones previas
Este domingo el presidente ruso Vladímir Putin sorprendió a la comunidad internacional al sugerir la posibilidad de extender el alto el fuego unilateral de tres días —declarado el 7 de mayo por el Día de la Victoria— dependiendo de la reacción del gobierno ucraniano. Además, propuso iniciar negociaciones directas el 15 de mayo en Estambul, sin condiciones previas.
Este gesto fue presentado por Moscú como una señal de apertura al diálogo y una oportunidad para frenar la escalada del conflicto. Sin embargo, las condiciones implícitas, como el reconocimiento de territorios ocupados por Rusia o la renuncia de Ucrania a ingresar en la OTAN, siguen siendo obstáculos insalvables para Kiev.
Zelenski rechaza la propuesta sin un alto el fuego real
Volodímir Zelenski ha calificado la iniciativa rusa como una “señal positiva”, pero advirtió que “no hay razones para seguir matando ni un solo día más”. Por ello, dejó claro que cualquier negociación solo se producirá si antes se establece un alto el fuego total, duradero y verificable, que abarque todo el territorio ucraniano, por tierra, mar y aire, y que empiece el lunes 12 de mayo.
«El primer paso para acabar con la guerra es el silencio de las armas», subrayó Zelenski, dejando entrever que el alto el fuego parcial propuesto por Rusia no es suficiente y que sin garantías no habrá avances diplomáticos.
Según el mandatario ucraniano, «todo el mundo» lleva esperando «mucho tiempo» que Moscú se plantee cesar el conflicto, si bien ha señalado que «el primer paso para acabar con cualquier guerra es un alto el fuego», dando a entender que sin él no habrá negociación alguna en Estambul.
El ministro de Exteriores ucraniano, Andri Sibiga, espera también que el mensaje de Putin, en el que al igual que Zelenski ve una «señal positiva», se traduzca en «pasos concretos» para culminar los enfrentamientos, para lo cual ha vuelto a reclamar un alto el fuego de 30 días.
Apoyo internacional a la exigencia ucraniana
La postura de Zelenski cuenta con un fuerte respaldo de sus aliados occidentales. El 10 de mayo, tuvo lugar en Kiev una cumbre histórica en la que participaron líderes internacionales como Emmanuel Macron (Francia), Keir Starmer (Reino Unido), Donald Tusk (Polonia), Friedrich Merz (Alemania) y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Durante la reunión, la denominada «Coalición de los Voluntarios» propuso formalmente un alto el fuego de 30 días como condición previa para iniciar cualquier proceso de paz. Este grupo de líderes, que ha intensificado su apoyo a Ucrania en los últimos meses, consideró que el cese de hostilidades es el único punto de partida realista para una salida negociada al conflicto.
«No se puede hablar de paz mientras caen bombas sobre civiles», afirmó Macron, quien denunció los recientes ataques con drones lanzados por Rusia sobre Kiev, Zhytomyr, Donetsk y Mykolaiv apenas horas después del anuncio de Putin.
¿Paz verdadera o maniobra de propaganda?
La comunidad internacional se muestra dividida sobre las verdaderas intenciones del Kremlin. Algunos analistas creen que la propuesta de Putin forma parte de una estrategia de desgaste, destinada a sembrar divisiones entre los aliados de Ucrania y ganar tiempo mientras consolida posiciones en el frente.
Otros, sin embargo, interpretan el gesto como un posible indicio de fatiga en la maquinaria militar rusa, que se enfrenta a sanciones económicas devastadoras, problemas logísticos y un aislamiento internacional creciente.
Ucrania, por su parte, ha adoptado una posición firme pero pragmática: está dispuesta a negociar, pero solo si Rusia demuestra con hechos su voluntad de paz. Para ello, exige la retirada de las tropas rusas de los territorios ocupados, el restablecimiento de su integridad territorial y garantías de seguridad internacional.
La guerra continúa en el sur y el este del país
Mientras tanto, la situación en el terreno sigue siendo crítica. En las regiones de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia, los combates se han intensificado. Las tropas rusas buscan mantener su control sobre estas áreas clave, mientras las fuerzas ucranianas intentan recuperar terreno con apoyo militar occidental.
Las últimas ofensivas en el frente sur han demostrado que, a pesar de los gestos diplomáticos, la guerra sigue activa y no hay señales inmediatas de desescalada real. Esto refuerza la desconfianza de Kiev y sus aliados hacia las intenciones del Kremlin.
La propuesta de Vladímir Putin ha reabierto la posibilidad de diálogo, pero su ambigüedad y las acciones militares simultáneas en Ucrania minan su credibilidad. Por su parte, Volodímir Zelenski ha respondido con una posición clara: «Sí a la paz, pero no sin un alto el fuego verificable y duradero».
El conflicto entra ahora en una nueva fase en la que la presión internacional y la unidad de los aliados occidentales serán fundamentales para avanzar hacia un posible acuerdo.