Las obras del macro centro deportivo del Canal continúan generando polémica. Si en el número anterior este periódico se hacía eco de las quejas socialistas que denunciaban el deterioro del Parque Santander, en esta ocasión son los vecinos los que alzan la voz en contra de los trabajos. Los chamberileros del barrio de Vallehermoso, afirman que las obras son ilegales. Al parecer, varios técnicos del Ayuntamiento de Madrid han comprobado in situ que no existe licencia de obras para el tipo de trabajos que se están acometiendo en el terreno, por lo que en la actualidad la construcción debería estar paralizada.
Los vecinos han mostrado también su descontento con las alteraciones que ha sufrido el proyecto inicial. De este modo, donde antes figuraba un parque, ahora sólo existe un campo de golf. Una instalación que se ha convertido en un auténtico quebradero de cabeza para los residentes de los aledaños del monumento a Rizal. Varios representantes de este colectivo tomaron la palabra durante el último Pleno del distrito, celebrado el pasado 30 de noviembre, con el objetivo poner en conocimiento de la Junta Municipal una situación que consideran “horrible”. Según asegura Josenia Herbás, una de las vecinas afectadas, “en la memoria de obras figuraba la necesidad de un parque, pero de repente y sin mediar palabra nos encontramos con unas torres gigantes y un enrejado que va a convertir la zona en Guantánamo”. Al parecer, la proximidad del campo de golf con el malogrado Parque Santander donde acuden a jugar los más pequeños del barrio, ha obligado a la constructora a idear un sistema de redes sostenidas en altas columnas metálicas que impedirían que las pelotas -lanzadas a gran velocidad- dañen a coches y personas. Una medida contra la que los vecinos piensan protestar enérgicamente. Con este motivo, el próximo 15 de diciembre han convocado una manifestación en la que aprovecharán para recoger firmas de apoyo que sirvan para presionar a las administraciones en la aplicación de la legislación.
Ellos ya han dado a conocer su descontento y exigen que las obras se paralicen de una vez por todas. Por su parte, el concejal del distrito Ángel Garrido, insistió en los beneficios que la nueva instalación deportiva traerá a un distrito que actualmente sufre graves carencias en esta materia. “No obstante -aseguró- es el propio Ayuntamiento el que ha dado la orden de paralización de obras, y así se hará si realmente la legalidad no ampara la ejecución del proyecto”.
