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Los vecinos de la Corredera Baja de San Pablo alzan la voz contra la inseguridad de su barrio

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Cacerolas, sartenes, silbatos… todo vale para protestar contra el aumento de la inseguridad en las calles del centro de la ciudad. Hace unos meses, eran los vecinos del entorno de la Plaza Soledad Torres Acosta los que denunciaban la presencia permanente de mendigos, toxicómanos o prostitutas frente a sus casas. Ahora, los que protestan son los vecinos de la Corredera Baja de San Pablo. Vuelven a denunciar el deterioro de sus calles y la inseguridad creciente de su barrio. Un barrio tomado por los mismos mendigos, toxicómanos y prostitutas que abandonaron la conocida como Plaza de la Luna por la presión vecinal y el incremento de la vigilancia policial.

Desde hace un par de meses, las noches de esta zona del centro de Madrid recuerdan a las violentas imágenes de las películas americanas. Los frecuentes altercados, robos y peleas han quitado el sueño a los sufridos vecinos, que no han dudado en proteger sus portales con pinchos o barreras para ahuyentar a los drogadictos. También salen de patrulla y la mayoría de ellos no pisan la calle sin ir armados.

Y es que, a partir de las nueve de la noche, el entorno de la Corredera Baja se convierte en un improvisado supermercado de la droga. Los vendedores, quienes se desplazan en función de la presencia policial, convierten los bancos públicos en las sedes de sus negocios. Entonces, los toxicómanos empiezan a desfilar por las calles del centro, en busca de su dosis. Un constante ir y venir de personas hasta que amanece el nuevo día. Pero con la luz de la mañana la situación no mejora. Los mendigos y las prostitutas son los nuevos inquilinos de estas calles. Todos ellos han desplazado a los niños y los ancianos de las plazas y los parques del centro.

Los vecinos de la Corredera Baja de San Pablo llevan días protagonizando ruidosas “caceroladas” para llamar la atención de los responsables municipales. El Ayuntamiento ya ha apostado en otras ocasiones, por la revitalización y la reforma urbanística de estos espacios públicos. Lo hizo en la Plaza de Tirso de Molina y pronto lo hará en Soledad Torres Acosta con la eliminación de los recovecos y los escondrijos para que los vecinos sean sus únicos usuarios.

El refuerzo policial del centro es otra de las medidas municipales. El concejal de Seguridad del Ayun-tamiento, Pedro Calvo, ha sido el encargado de recordar que se ha ampliado el número de agentes de la Unidad Integral de Centro hasta alcanzar los 387 profesionales, un 15% más que el año anterior. Además, adelantó que en 2007, la plantilla alcanzará los 431 agentes. Paralelo a este incremento ha sido el aumento de las intervenciones policiales en la Corredera Baja en un  25%, al igual que las detenciones, la incautación de armas y las actas por consumo de drogas y reyertas.

Un gran esfuerzo para acabar con la inseguridad del centro de la ciudad donde, como lamentó Calvo, “el Ayuntamiento está actuando en solitario”.

 

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