¿Pueden los perros y los gatos ayudarte a mantener tu mente más ágil con los años?
Un reciente estudio publicado en la prestigiosa revista Scientific Reports sugiere que tener mascotas, especialmente perros y gatos, podría preservar funciones cerebrales específicas en adultos mayores.
Este hallazgo es especialmente relevante en una época en la que el envejecimiento de la población y el aumento de enfermedades neurodegenerativas plantean desafíos urgentes a nivel social y sanitario. La investigación indica que la tenencia de mascotas podría ser una herramienta poderosa y accesible para combatir el deterioro cognitivo.
El estudio analizó los datos de más de 7.900 adultos mayores de 50 años, recopilados durante 18 años en 14 países europeos como parte del Survey of Health and Retirement in Europe (SHARE). Liderado por la investigadora Adriana Rostekova, de la Universidad de Ginebra, el equipo examinó el impacto del tipo de mascota en la salud cognitiva de sus propietarios.
Los resultados fueron sorprendentes: ya que los dueños de perros mostraron una mejor conservación de la memoria inmediata y a largo plazo. A su vez los dueños de gatos experimentaron un declive más lento en la fluidez verbal, una función esencial para la comunicación.
Por el contrario, las personas que tenían aves o peces como mascotas no mostraron mejoras cognitivas significativas, lo que sugiere que el vínculo emocional y el nivel de interacción son factores determinantes en los efectos beneficiosos de tener una mascota.
¿Por qué los perros y gatos ayudan a mantener la mente joven?
Los expertos señalan varios mecanismos por los cuales los animales de compañía pueden favorecer la salud cerebral por la interacción social constante. Hablar con la mascota, establecer rutinas, jugar o incluso cuidar de su salud mantiene la mente activa.
A su vez permite una reducción del estrés y la ansiedad: Diversos estudios han demostrado que acariciar a un perro o a un gato reduce el cortisol (hormona del estrés) y aumenta la oxitocina, la “hormona del amor”.
También facilita la actividad física regular. En el caso de los perros, pasearlos implica moverse varias veces al día, lo que mejora el riego sanguíneo cerebral y reduce el riesgo de enfermedades neurodegenerativas.
Las personas mayores que cuidan de una mascota mantienen un rol activo y sienten que su día tiene un propósito, lo cual puede ser un escudo contra la depresión.
Envejecimiento activo y compañía emocional
El envejecimiento activo es una de las estrategias más importantes para retrasar el deterioro mental. En ese contexto, los animales de compañía se presentan como aliados naturales del bienestar cognitivo.
Además de los beneficios a nivel cerebral, tener una mascota en la tercera edad fomenta la conexión emocional, reduce la sensación de soledad y mejora la calidad de vida en general. Esto es especialmente relevante para quienes viven solos, una situación común entre las personas mayores en muchos países europeos.
Implicaciones para la salud pública de tener mascotas
Los autores del estudio proponen que la tenencia de mascotas sea considerada una estrategia complementaria de envejecimiento saludable. Con el aumento global de personas mayores, muchos gobiernos están buscando formas de fomentar la autonomía, reducir el aislamiento social y prevenir enfermedades como el Alzheimer.
Promover la adopción responsable de perros y gatos podría convertirse en una política pública de prevención cognitiva, especialmente en sectores vulnerables de la población.
Adriana Rostekova, autora principal del estudio, afirmó que “los beneficios varían según la especie de mascota, lo que sugiere que el tipo de interacción entre el humano y el animal es clave”. En sus palabras, “las mascotas pueden actuar como una especie de ‘terapia silenciosa’, manteniéndonos activos, conectados y emocionalmente estables”.
Otros investigadores señalan que este tipo de estudios también ayuda a entender el impacto positivo de la conexión humano-animal, un área que está ganando cada vez más atención en el ámbito científico.
La ciencia confirma lo que muchos intuían: los perros y los gatos no solo llenan la casa de alegría, sino que también podrían proteger nuestra mente con los años. En un mundo que envejece rápidamente, apostar por soluciones integrales y accesibles como la tenencia de mascotas puede marcar una gran diferencia en la salud pública.
Tener un perro o un gato no es solo una elección emocional, sino también una inversión en salud mental a largo plazo.