El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado aranceles del 25% sobre todos los vehículos que no sean producidos en Estados Unidos. Aún quedan por aclarar todos los pormenores. Se anticipa que estos aranceles afecten a los automóviles ya terminados, pero no a las piezas o componentes.
En ocasiones, las declaraciones de Trump no se materializan en la legislación con los mismos términos que él expone. Hasta el momento, el decreto correspondiente no ha sido publicado. “Lo que vamos a implementar es imponer un arancel del 25% a todos los coches que no estén fabricados en Estados Unidos”, afirmó Trump desde el Despacho Oval de la Casa Blanca, describiendo la acción como “muy modesta”.
Este anuncio ha provocado una fuerte caída en las Bolsas estadounidenses tras conocer las intenciones de Trump. La política económica y comercial imprevisible del presidente está generando más incertidumbre y debilitando la economía de Estados Unidos y, por ende, la de todo el planeta
Los datos publicados este martes por The Conference Board indican que la confianza de los consumidores ha descendido hasta niveles similares a los de la pandemia. Las agencias de calificación también observan con preocupación las medidas erráticas y contradictorias adoptadas por Trump. La Bolsa ha sufrido una caída significativa. En cuestión de unas semanas, el presidente está comprometiendo la herencia económica que recibió de Joe Biden.
El aumento de los aranceles ocasionará un incremento en los precios de los automóviles importados, lo que los hará menos competitivos en comparación con los estadounidenses, quienes a su vez han visto aumentar sus costos debido a las tarifas sobre el aluminio y el acero, entre otros.
En definitiva, los ciudadanos deberán afrontar precios más altos. Trump espera que sus impuestos sobre las importaciones obliguen a las compañías a trasladar una mayor parte de su producción a Estados Unidos y que esto atraiga inversiones; sin embargo, la incertidumbre jurídica generada por un Gobierno que arbitra decisiones sin adherirse a la ley no es la mejor presentación para atraer a los inversores. Además, las políticas de Trump probablemente desencadenarán represalias comerciales por parte de otros países.
“Vamos a exigir a las naciones que nos paguen por sus transacciones en nuestro territorio y por llevarse nuestros empleos, nuestra prosperidad y una serie de elementos que nos han estado arrebatando a lo largo del tiempo”, ha sostenido Trump, quien parece no comprender la teoría de la ventaja comparativa ni otros principios fundamentales del comercio global, y observa las interacciones económicas como un juego de suma cero, donde las ganancias de un país equivalen a las pérdidas de otro.
Según la información del Departamento de Comercio los Estados Unidos realizaron importaciones de vehículos ligeros por un valor cercano a 240.000 millones de dólares en el año anterior. Las adquisiciones desde México alcanzaron un total de 2,96 millones de vehículos completos, por un importe de 78.500,6 millones de dólares. Los siguientes países proveedores fueron Japón (1.377.086 automóviles por 39.725 millones de dólares), Corea del Sur (1.535.818 / 36.642 millones), Canadá (1.065.465 / 31.162 millones), Alemania (446.566 / 24.782 millones) y el Reino Unido (96.451 / 8.192 millones). En contraste.
España apenas exporta vehículos a Estados Unidos
España envió a Estados Unidos apenas 8.316 vehículos ligeros por un valor de 178,5 millones de dólares, conforme a esta información, por lo que apenas se vería afectado nuestro país con la puesta en marcha de nuevos aranceles.
Las importaciones de los países pertenecientes a la Unión Europea, al ser sumadas, ascenderían a 44.064 millones de dólares, posicionándose solo detrás de las importaciones de México.
Los aranceles anunciados este miércoles son, sin embargo, apenas un adelango de lo que está por venir el próximo 2 de abril.
Trump comentó este miércoles: “Ese día marcará la verdadera Liberación de Estados Unidos, y lo ansío con expectativa”. Para esa fecha, se anticipa que dará a conocer o aprobará una nueva serie de aranceles, la más significativa desde su regreso a la Casa Blanca. Lo que Trump erróneamente denomina “aranceles” recíprocos se impondrá, buscando penalizar a aquellos países con los que Estados Unidos mantiene un déficit comercial considerable. Se anticipa que existan diversas tarifas arancelarias según cada nación, así como excepciones y periodos de gracia, que serán determinados de manera arbitraria por la administración estadounidense.
En medio de la controversia por la divulgación de una conversación entre altos funcionarios de la Administración Trump en una plataforma de mensajería sobre los planes para atacar posiciones de los rebeldes hutíes en Yemen el día 15 pasado, se ha hecho público el anuncio de los aranceles al automóvil. Con mentiras evidentes y críticas personales hacia el periodista que reveló el contenido del chat, la Casa Blanca y los integrantes del Gobierno han intentado encubrir el escándalo, tras haber sido el periodista incluido en la conversación por un error.
A esto se suma que este unes, un decreto firmado por Trump, faculta al secretario de Estado, Marco Rubio, para establecer unos aranceles del 25% a aquellos países que adquieran petróleo venezolano, España incluida.
Al mismo tiempo, una prórroga fue concedida por Washington a la compañía petrolera estadounidense Chevron para continuar sus operaciones en el país, lo que permitirá a Estados Unidos continuar importando crudo de Venezuela.