El Edificio España, una de las construcciones madrileñas más características, no está pasando por sus mejores momentos. El que fuera uno de los primeros rascacielos que hubo en Madrid, y a día de hoy el octavo edificio más alto de la capital, se encuentra vacío casi en su totalidad. Los 117 metros y 28 plantas que lo constituyen, y se sitúan junto a la Torre de Madrid, desconocen su destino más cercano. A pesar de continuar presidiendo el centro de la ciudad, y seguir regalando una imagen de grandiosidad para todo aquel que pasea por la Plaza de España, la realidad es que su interior está triste y desolado.
Las oficinas que lo ocupaban han cerrado y algunas de ellas con problemas judiciales, los comercios están echando el cierre…, tanto es así que la óptica y el banco, que todavía hoy continúan dando vida al lugar, en noviembre dejarán de hacerlo porque ya se habrán marchado también.
Esta es la triste situación en que se encuentra el rascacielos de los hermanos Otamendi desde que se pusiera a la venta en abril de 2005 y fuera adquirido por el Banco Santander. Desde entonces, su trayectoria no ha hecho más que ir cuesta abajo, y todavía hoy no se conoce cuál será su futuro.
Vecinos del edificio, que ya han desalojado sus pertenencias de algunos de los inmuebles del mismo, se atreven a divagar sobre la vida que le espera al Edificio España. Al parecer, la propiedad se plantea dedicarlo a apartamentos de lujo, lo que llevaría consigo una importante reforma del edificio, hecho que parece no gustar a los madrileños de la zona por las consiguientes molestias que ocasionará dicha actuación.
