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“Los toreros necesitamos sentir ese miedo al ponernos delante del animal”

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Ha puesto sus ojos en la oportunidad del día 30 en Las Ventas. Unos ojos azules, sus ojos de torero ambicioso, ilusionado y valiente. Lo ojos de un joven de 18 años que lucha día a día por abrirse camino en el mundo de los toros.

Abrir el cartel del próximo 30 de septiembre en Las Ventas, como uno de los triunfadores de la temporada 2006 de la Escuela de Tauromaquia de Madrid, no ha sido nada fácil. Carlos Guzmán, prometedor novillero, sabe que esa mañana puede ser el punto de partida de un futuro plagado de éxitos. Hasta que la esperada oportunidad llegue, apura los últimos días de entrenamiento en la plaza de la Escuela, su segunda casa desde los 12 años. Entre lance y lance repasa para nosotros su pasado, su presente y su mañana como torero.

¿Cómo decide un niño como tú que quiere ser torero?
Desde muy pequeño me gustaba el mundo de los toros. Creo que lo llevo en la sangre porque mi abuelo quiso ser banderillero. No lo logró por una fuerte cornada que recibió en Madrid, saltando de espontáneo. Luego, cuando mi primo entró en la Escuela de Tauromaquia les dije a mis padres "yo quiero ser torero" pero tuve que esperar a cumplir doce años para entrar en la Escuela.

¿Cómo sentó esta decisión en tu familia?
Primero lo tomaron como un juego de niño. Cuando ya vieron que mi decisión era seria se preocuparon porque me iba a jugar la vida delante de los animales. Pero vieron que es lo que quería y lo que me gustaba. Me están ayudando mucho.

¿Cómo funciona la Escuela de Tauromaquia de Madrid?
Entrenamos tres horas al día. Una hora de gimnasia los lunes y miércoles y clase de banderillas los martes y jueves. Además, todos los días, dos horas de toreo de salón para practicar con el capote y la muleta.

En la Escuela hay tres niveles: el A, para los alumnos principiantes; el B para los que están algo más preparados; y el C, para los alumnos destacos y preparados para torerar novilladas. Este último es mi grupo.

¿Cuándo fue la primera vez que toreaste en serio?
A los trece años, toreé una becerra en la Escuela. Con miedo, pero con el gusto de ponerse delante. Los toreros necesitamos sentir ese miedo al ponernos delante de un animal.

¿Y tu presentación de luces?
Fue el 9 de mayo de 2004, en el Bolsín de Bougue (Francia). Quedé además triunfador y gracias a eso hice una buen temporada en Francia.

¿Llevas el control de tus corridas y trofeos?
Esta temporada sí. Después de la grave lesión que tuve la temporada pasada sí lo he querido controlar todo. En este momento llevo 18 novilladas, 48 orejas y tres rabos. No está nada mal.

¿Recuerdas alguna tarde por encima de las demás?
Recuerdo muchas. Por ejemplo, la primera vez que corté un rabo; además era el cumpleaños de mi padre y le brindé el novillo. También la final del III Trofeo de la "Oportunidad de Vistalegre" donde quedé segundo pero fue muy especial. Málaga también y todos los certámenes que he ganado. Y ahora me espera Madrid, la más importante.

El mundo de los toros, ¿es como esperabas?
Sí, aunque hay muchas decepciones. Momentos en los que esperas torear y luego no entras en los carteles. Es un camino muy difícil, aunque también es muy bonito. Nos compensa.

¿Qué es lo mejor y lo peor?
Lo mejor, sin duda, una tarde triunfal. Lo peor, lógicamente, las cornadas, que aunque no las he probado todavía sé que llegarán.

¿Estás preparado?
Sí, para eso estamos mentalizados todos los toreros. Las cornadas antes o después llegarán. Más o menos graves pero llegarán.

No has sufrido cornadas pero sí una grave lesión.
Una voltereta en Vistalegre me dañó la cuarta vértebra lumbar. Me tuvieron que operar con el riesgo de que, si no salía bien, podía quedarme paralítico. Estuve 15 meses parado, casi sin poder moverme. Después de todo lo vivido, reaparecer  triunfando es muy satisfactorio.

¿Cuáles son tus próximos compromisos?
El 22 toreé en Los Barrios. El 28, lo haré en Pedrezuela y el 30 en Las Ventas, la más importante.

¿Cómo te defines como torero y a quién admiras?
Soy un torero clásico, antiguo, no tremendista. Me gusta el toreo lo más puro posible. Admiro a Joselito, ahora a El Cid, El Juli… y  antes, a Rafael de Paula.

¿Cómo es el novillo ideal?
Para mí el que enviste hasta atrás. El bravo, el puro, el que no hace extraños. Son pocos pero los hay.

¿Cómo imaginas tu propio futuro?
Me he imaginado muchas cosas. Pero la realidad puede ser muy distinta. De aquí a un año, está previsto que debute con caballos. Lo primero es que me salga un apoderado importante porque sin él es más difícil. Es importante ir escalando, dar pequeños pasos y no quedarte estancado. Lo importante es torear.

¿Qué opinas sobre las voces contrarias a la Fiesta Nacional?
La Fiesta no se va a perder nunca. Nosotros tenemos que combatir las voces en contra, llevando el mundo de los toros lo mejor posible. Para el futuro es importante el apoyo a las escuelas taurinas. El respaldo a los que estamos empezando es esencial para la continuidad del mundo de los toros.

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