Para un verdadero cristiano, la Semana Santa es la conmemoración anual de la Pasión, la Muerte en la Cruz y la Resurrección de Jesús de Nazaret; el Cristo, el Salvador, el Dios verdadero y Padre. Por lo tanto, es un período de intensa actividad litúrgica dentro de las diversas confesiones cristianas, que comienza el Domingo de Ramos y finaliza el Domingo de Resurrección.
La Semana Santa es un tiempo ideal de devoción, para meditar sobre nuestras acciones, los cambios que debemos hacer para acercarnos a Dios y aplicar sus mandamientos. Es también un periodo para dedicarnos a la oración, reflexionar sobre Jesucristo y preguntarnos:
¿Por qué vino Jesús a la Tierra?
Hay miles de razones para la venida de nuestro Señor Jesucristo a la Tierra. En Su vida terrenal, Jesús manifestó amor, bondad, humildad, cercanía y, sobre todo, valentía.Jesús vino principalmente como Rescate: a derramar su sangre y morir para limpiar nuestros pecados. Como dice el apóstol Juan en (1 Juan 1:7): “La sangre de Jesús nos limpia de todo pecado.” Además, Jesús dio Su vida humana perfecta para liberar a la humanidad del pecado original y la muerte. Él mismo dijo en (Mateo 20:28): “El Hijo del hombre no ha venido para ser servido, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos.”
Adán y Eva, los padres de la humanidad, se rebelaron contra el Dios verdadero. Su acto los convirtió en pecadores, ya que la Biblia dice que “el pecado es transgresión de la ley.” Como resultado, ellos y sus descendientes perdieron la vida perfecta y eterna en el paraíso.
Pero ¿qué culpa tenemos nosotros, los descendientes de Adán y Eva?La respuesta está en (Romanos 5:12): “Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un solo hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.”
Adán pecó ante los ojos de Dios, y transmitió el pecado y la muerte a sus descendientes. Jesús, con su vida perfecta, vino a redimir lo que Adán había perdido.
¿Qué celebramos durante la Semana Santa?
1. La entrada triunfal de Jesús en JerusalénJesús entró montado en un asno, cumpliendo la profecía de Zacarías 9:9. Fue recibido por una gran muchedumbre que aclamaba: “¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!” (Mateo 21:9-11).
2. La Última Cena y el establecimiento de la EucaristíaJesús celebró la Pascua judía con sus discípulos. Durante la cena, instituyó la Eucaristía: “Este es mi cuerpo, que es entregado por vosotros… Esta copa es la Nueva Alianza en mi sangre.” (Lucas 22:17-20). Así se estableció la Santa Misa como memorial de su sacrificio.
3. Jesús mostró humildad lavando los pies de sus discípulosEn (Juan 13:1-17), Jesús, después de la Última Cena, lavó los pies de sus discípulos como ejemplo de humildad. Luego fue al Huerto de Getsemaní a orar, y aunque sus discípulos se durmieron, un ángel fue enviado por Dios para fortalecerlo (Lucas 22:41-46).
4. El Vía Crucis (Camino de la Cruz)Jesús sufrió un juicio injusto, la traición de Judas, la negación de Pedro, y la dolorosa crucifixión. El Vía Crucis relata este camino en 14 estaciones, desde su condena hasta su sepultura, destacando sus “Siete Palabras” en la cruz, entre ellas:“Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen.”“Todo se ha cumplido.”“Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.”
5. La ResurrecciónTres días después de su muerte, Jesús resucitó, venciendo el poder de la muerte. Un ángel anunció la Resurrección a las mujeres en el sepulcro. Más tarde, Jesús se apareció a sus discípulos y les dijo: “Paz a vosotros… Como el Padre me envió, también yo os envío.” (Juan 20).
¿Qué aprendemos de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús?
La Resurrección es la prueba de que Jesús es el Hijo de Dios y uno con el Padre (Juan 10:30). Ningún otro ser humano ha resucitado por sí mismo. La intervención divina mostró que Dios tiene poder sobre la muerte.
Jesucristo prometió en (Juan 5:21, 28-29):“Como el Padre resucita a los muertos y les da vida, así también el Hijo da vida a quienes quiere… Llega la hora en que todos los que están en los sepulcros oirán su voz y saldrán.”
También prometió: “Hoy estarás conmigo en el paraíso.” (Lucas 23:43).Esto nos da la esperanza de una vida eterna en el Reino de Dios.
Autor:Cristiano católico caldeo de origen iraquí, español de nacionalidad.Doctor en Filología Árabe, Estudios Árabes Islámicos y Ciencias Religiosas.