El ingreso en prisión del que fuera secretario de Organización del PSOE hasta hace tres semanas, Santos Cerdán ha encendido todas las alarmas en Moncloa y en la cúpula del PSOE por el hecho de que esté dispuesto a tirar de la manta.
Su entrada en la cárcel de Soto del Real, que es la misma que albergó a Luis Bárcenas y otros ilustres corruptos de nuestro país, hace entrever que podría seguir la línea que han hecho otros políticos que han pasado por la misma situación, colaborar tarde o temprano con la justicia.
El que fuera hombre de máxima confianza de Pedro Sánchez se encuentra ahora aislado, presionado y sin red de protección, y ya hay quienes aseguran que se está preparando para tirar de la manta.
El ingreso en prisión preventiva ha supuesto un giro radical en la estrategia de Cerdán. Según fuentes próximas, el exdirigente socialista empieza a asumir su soledad y sopesa cooperar con la Justicia como hicieron antes Koldo García y José Luis Ábalos. En su entorno lo tienen claro: «Cuando vea que no puede pagar el alquiler, que su mujer sobrevive con 640 euros de pensión o que no puede costear la carrera de su hija, tirará de la manta».
El miedo se ha instalado en los pasillos de La Moncloa. Temen que Santos Cerdán desvele operaciones internas, nombres y movimientos que comprometan directamente a la cúpula del Gobierno. No en vano, en su declaración ante el juez Leopoldo Puente, ya dejó entrever una amenaza velada: «Yo no me he llevado un euro», afirmó, una frase que muchos interpretan como un mensaje claro a Pedro Sánchez y al PSOE.
Santos Cerdán, el arquitecto del sanchismo
Santos Cerdán no es un dirigente cualquiera. Fue el muñidor de la moción de censura de 2018, el encargado de amarrar apoyos con PNV, ERC y Bildu, y uno de los hombres que mejor conoce las entrañas del sanchismo. Fue también quien, con el respaldo del empresario Antxón Alonso, su socio en Servinabar, consiguió desbloquear el apoyo vasco clave para el Gobierno.
Ahora, convertido en símbolo del desgaste de Sánchez, su caída podría arrastrar a muchos más. Desde Ferraz lo reconocen en privado: «Sería una irresponsabilidad no estar preparados para que tire de la manta».
La UCO sigue el rastro del dinero: presión total sobre Cerdán
El foco ahora está en el informe patrimonial que ha elaborado la UCO, en el que se analizan los ingresos, propiedades y movimientos económicos del ex número tres del PSOE, y el rastro del dinero que los agentes sospechan que estarían en varios paraísos fiscales.
La situación financiera de Cerdán es precaria: alquila por 2.400 euros al mes y su esposa cobra una pensión baja. Una situación insostenible si se le congelan las cuentas o avanza la investigación penal.
Esta presión económica, sumada al aislamiento carcelario, es lo que temen en Moncloa: que el único camino que vea Cerdán sea tirar de la manta, y más teniendo en cuenta que Ábalos y Koldo duermen cada noche con su familia y no entre rejas.
La llegada de Santos Cerdán a prisión dinamita por completo la narrativa de regeneración que llevó a Pedro Sánchez a La Moncloa. Un exdirigente del PSOE lo resume así: «Es muy complicado sostener que venías a limpiar la casa cuando tienes a tu lado a Cerdán, a tu hermano, a tu mujer, a Ábalos y escándalos de prostitución».
Las encuestas internas del partido alertan de un desgaste sin precedentes. Aunque el Comité Federal del PSOE previsto para este sábado sigue en pie, el ambiente interno es de descomposición política. Sánchez puede resistir el verano, pero ya no controla el relato, ni la agenda, ni a los que antes le eran leales.
En Moncloa además temen los nuevos informes que prepara la UCO sobre más figuras del partido socialista o del propio Gobierno, como el que verán la luz en las próximas semanas, en concreto contra el actual ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres y otro más contra la presidenta del Congreso de los Diputados, Francina Armengol, que ponga más contra las cuerdas al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
El mayor miedo no es la investigación judicial en sí. Tampoco los informes de la UCO o las filtraciones periodísticas. El miedo real en Moncloa es que Santos Cerdán empiece a hablar, que deje de proteger a Sánchez y a su entorno, y que lo haga públicamente, sin matices ni intermediarios. «Él sabe mucho y puede contar mucho. La cárcel te cambia», resume un antiguo colaborador.
Cerdán ha pasado de hombre clave del poder socialista a convertirse en una bomba de relojería para el Gobierno. Y lo peor, para muchos, está por venir. Porque si empieza a cantar, no será en voz baja.