El Papa Francisco, el primer pontífice latinoamericano y jesuita de la historia, ha fallecido este lunes a los 88 años en Roma, tras varias semanas de complicaciones respiratorias asociadas a una neumonía bilateral. La noticia, confirmada por el Vaticano en las primeras horas del día, ha generado una profunda conmoción mundial. Miles de fieles comenzaron a reunirse espontáneamente en la Plaza de San Pedro, encendiendo velas y rezando en memoria de quien durante más de una década se convirtió en una de las voces morales más influyentes del planeta.
Antes de consagrarse al sacerdocio y convertirse en el Papa Francisco, Jorge Mario Bergoglio vivió una infancia en el barrio de Flores, Buenos Aires, donde compartió una amistad especial con su vecina Amalia Damonte. A los 12 años, Bergoglio le escribió una carta expresando sus sentimientos y proponiéndole matrimonio, afirmando que, si ella no aceptaba, se haría cura. En ese texto infantil y entrañable le dijo: “Si no me caso con vos, me hago cura”.
Por qué la novia del Papa Francisco le rechazó
Aunque el Papa Francisco se sentía enamorado de su novia Amalia, sin embargo, la relación no prosperó debido a la oposición de los padres de Amalia, quienes consideraban inapropiado que su hija mantuviera correspondencia con un joven. A pesar de la separación, ambos mantuvieron correspondencia durante años, incluso después de que Bergoglio ingresara al seminario en 1957. Amalia, por su parte, continuó con su vida en Argentina. Actualmente, se sabe que reside en Buenos Aires y está jubilada. Aunque ha compartido públicamente sus recuerdos de esa etapa, miembros de la familia Bergoglio han ofrecido versiones diferentes.
Amalia construyó su propia vida lejos del foco público. Se casó, formó una familia y ha llevado una vida sencilla. A pesar de los rumores, siempre ha dejado claro que nunca más volvió a tener contacto con Jorge Mario Bergoglio, aunque lo siguió de cerca, sobre todo desde que fue elegido Papa.
La hermana del Papa Francisco niega que tuviera pareja
Sin embargo, la hermana del Papa, María Elena Bergoglio, ha declarado que su hermano «nunca tuvo pareja ni novia que se le pareciera» y que «en su corazón ha estado siempre Jesús», sugiriendo que cualquier relato contrario podría ser una interpretación personal de los hechos. La historia de Amalia y Jorge ofrece una visión más humana y cercana de la juventud de Jorge Mario Bergoglio, antes de que dedicara su vida al servicio religioso.
