Carles Puigdemont ha instado al PSC a abstenerse para poder gobernar la Generalitat en minoría con el respaldo de ERC.
La amenaza implícita es que, de lo contrario, dejaría caer al Gobierno español, aunque no lo ha expresado de esa manera. Desde Argeles, en el sur de Francia, el candidato de JxCAT ha planteado esta sorprendente propuesta en respuesta a la victoria del PSC, que ha obtenido 42 escaños frente a los 35 de Junts, en su análisis de los resultados de las elecciones catalanas.
«Estamos en posiciones para construir un gobierno sólido con obediencia plenamente catalana», afirmó Puigdemont, condicionando este objetivo a que ERC «se sume» a su «propuesta de reflexión sobre la unidad del independentismo».
De acuerdo a Puigdemont, «la distancia que hay entre el PSC y Junts no es mayor que la que hay entre el PSOE y el PP en el Congreso», obviando que el movimiento independentista no alcanza la mayoría absoluta por ninguna parte: 61 escaños incluyendo la suma imposible de la CUP y Aliança Catalana, mientras que el PSOE sí logró su propia mayoría absoluta.
Para que esto se vuelva factible, Puigdemont ha advertido que «ERC ha de estar dispuesta a rehacer puentes y reflexionar sobre qué hacer» y, de acuerdo al candidato de Junts, «quedan muchos días para ver el fruto de las conversaciones que se tienen que compartir entre todas las formaciones».
El líder de Junts se ha congratulado por los resultados, aunque «esto no ha sido suficiente ni para ganar las elecciones ni para compensar la caída del resto de formaciones independentistas», ha advertido, responsabilizando de la debacle a los republicanos y la CUP.
«Ha habido una movilización del electorado unionista promovida por el Partido Socialista. Esto obliga a una reflexión sobre los efectos de la desunión y hay que advertir que un tripartito con una mayoría tan justa es una mala opción para Cataluña. Y más hoy, con el caos de Cercanías», ha expresado Puigdemont, que ha insistido en que es preferible un Gobierno independentista en minoría que el PSC gobernando con un tripartito que cuente con mayoría absoluta.
Resulta sorprendente las aspiraciones de Carles Puigdemont, ya que está lejos de la Presidencia, aunque ha alcanzado su objetivo de liderar el movimiento independentista. Si Puigdemont se mantiene coherente con lo que prometió en campaña, tendría que renunciar, y esto haría que Junts perdiera su principal capital político.
Si decide quedarse, lo hará para intentar provocar unas elecciones anticipadas en un destino incierto, con un electorado catalán que ha mostrado señales de agotamiento, habiendo participado solo el 57,61%.
Sin embargo, Junts en la práctica ha mejorado sus resultados de 2021 en más de cien mil votos, mucho más de lo que logró en alianza con Laura Borràs. Su objetivo ahora es evitar que ERC pacte con los socialistas y así asegurarse, al menos, la repetición de las elecciones. Puigdemont advirtió que renunciaría si no podía gobernar.
El PSC está a siete diputados de distancia, una diferencia demasiado grande para reclamar la Presidencia, como ha hecho. Además, una de sus líneas rojas era no pactar con Illa. Por tanto, en la práctica, se encuentra fuera de toda posibilidad, a menos que el PSC le abra paso con una abstención, algo muy poco probable.
El regreso era la baza de Puigdemont. Sin embargo, solo ha logrado pasar de 32 a 35 escaños, una escasa ganancia para una apuesta tan arriesgada como la que había realizado. Además, ha conseguido su objetivo de liderar el separatismo, pero al precio de hundir a ERC, que se queda con 20 escaños y ya no le sirve como apoyo.
También se derrumba la CUP, que desciende de 9 a 4 diputados en el Parlamento catalán, tal y como pronosticaban las encuestas. Incluso contando con los dos escaños de la ultraderechista Aliança Catalana, los separatistas solo sumarían 62 votos para una eventual investidura de Puigdemont.
Por lo tanto, se presenta un panorama incierto en el que el expresident puede intentar maniobrar para provocar una repetición de elecciones, aunque confíe en la abstención del PSC.
Votación fragmentada
Por municipios se impone Junts, sin embargo, como siempre las grandes ciudades y el área metropolitana han votado socialista. ERC mantiene un umbral de 400.000 votos, a pesar de recibir un duro castigo en demarcaciones como Tarragona.
Por lo tanto, aún no han terminado y rechazarían participar en una candidatura conjunta con Puigdemont en una posible repetición electoral.
La fragmentación del voto independentista ha afectado negativamente a Junts. Aliança Catalana ha conseguido más de 104.000 sufragios y Alhora, el partido de la exdiputada Clara Ponsatí, ha obtenido 11.800 votos, sin lograr obtener representación política.
En estos momentos, estas agrupaciones políticas están sufriendo las consecuencias de la frustración del procés y el fracaso del independentismo. Es posible que Puigdemont regrese a Cataluña para San Juan, pero es poco probable que sea investido como president.