Las calles de este distrito están empezando a ser testigos de lo que supone la masiva llegada de inmigrantes a nuestra ciudad. Hoy en día, las inmediaciones del tramo de la calle Alcalá que corresponden a Ciudad Lineal, están viviendo las transformaciones que este hecho sociológico y cultural traen consigo. La presencia de ciudadanos extranjeros ha provocado que los comercios y establecimientos que han caracterizado siempre estas calles, pasen a convertirse en locutorios, oficinas de cambio y envío de dinero o supermercados especializados en alimentación de aquellos países.
Lejos de juzgar si este fenómeno es bueno o malo para los vecinos madrileños de toda la vida, lo que está claro es que se trata de una realidad. Pueblo Nuevo ha pasado a ser el barrio con mayor número de extranjeros empadronados en Madrid, según el Ayuntamiento de la ciudad, seguido por Embajadores y Aluche. De acuerdo con estos datos, a finales de 2005 había en nuestra ciudad un total de 536.824 inmigrantes empadronados, cifra que representa un 16,5% sobre el conjunto de la población española. Más de la mitad de estos inmigrantes proceden de América Latina y Caribe, en su mayoría de Ecuador y Colombia.
Esta es una realidad fácilmente perceptible con sólo pasear por las calles de este distrito. Y es que, a medida que va pasando el tiempo, el barrio de Pueblo Nuevo, a pesar de contar ya con una notoria presencia de inmigrantes, sigue acogiendo a más. El efecto llamada y las facilidades que encuentran estos ciudadanos extranjeros a la hora de alquilar un piso los atrae inevitablemente a nuestra ciudad. El fenómeno de las “camas calientes” sigue sucediéndose. A día de hoy, estos alquileres comienzan a verse también en inmuebles que requieren un alto poder adquisitivo por parte del que lo adquiere; sin embargo, estos ciudadanos pueden acceder a ellos porque comparten alquiler y gastos entre varios compatriotas. Situación de vida que se complica en el momento en que el resto de los vecinos sufren importantes molestias debido al ir y venir continuo de diferentes inquilinos, ruidos y demás hechos relacionados con algunas de las actividades que estos llevan a cabo.
Esta es la realidad de una situación que, aunque muchas veces en silencio, sufren muchos de los vecinos de este distrito, en concreto del barrio de Pueblo Nuevo.