El PSOE ha decidido este lunes proceder a la expulsión definitiva de José Luis Ábalos como militante tras más de 14 meses de expediente disciplinario, abierto en febrero de 2024 tras el estallido del caso Koldo y la solicitud de entrega de su acta tras pasar al Grupo Mixto.
Esta medida se ha precipitado tras la tormenta política provocada por la difusión del informe de la UCO que implicó a Santos Cerdán —el heredero orgánico de Ábalos y nuevo epicentro del escándalo— en una trama de comisiones ilegales con fondos públicos. Al parecer la suspensión de la expulsión se ha mantenido durante todo este tiempo en espera de si pudiera llegarse a un acuerdo con el exministro para que no tirase de la manta como se ha publicado hoy.
Desde Ferraz no querían una ruptura traumática con quien fue ministro clave de Pedro Sánchez y ex secretario de Organización del PSOE. La cúpula optó por una estrategia de aislamiento progresivo:
Ábalos, exministro de Transportes, se convirtió en febrero de 2024 en el primer cargo del PSOE investigado en el caso Koldo, tras el arresto de su asesor Koldo García. Se le abrió expediente discretamente, se le pidió el acta y se le suspensión provisional de militancia, pero él optó por el Grupo Mixto respaldándose en su derecho al aforamiento judicial, decisión que le permitió mantenerse como figura pública independiente.
Hasta ahora, Ábalos había preferido mantener un perfil bajo, apoyando al Gobierno en las votaciones en el Congreso de los Diputados y sin apenas críticas al ejecutivo de Pedro Sánchez.
Durante todo este tiempo, si bien quedó suspendido cautelarmente, Ábalos reclamó garantías procesales, alegando que no había sido formalmente acusado ni imputado. Incluso trató de reincorporarse a la militancia, pero su petición fue rechazada por la dirección . Ahora, la organización ha optado por cerrar ese capítulo expulsándole totalmente, lo que simboliza un cambio de ciclo dentro del aparato socialista.
Ábalos ha insinuado públicamente —y en círculos del partido se teme— que podría tener información sensible sobre el funcionamiento interno del PSOE y sobre decisiones del Gobierno durante su etapa en el Ministerio de Transportes.
Este riesgo, especialmente tras la difusión de audios y documentos del caso Koldo, pudo haber llevado a la dirección a actuar con extrema prudencia, evitando provocarlo mientras no hubiera pruebas incriminatorias directas. Hasta el momento el exministro no ha manifestado su opinión tras esta decisión de su expulsión definitiva del PSOE.