El parque Calero, un lugar ideal para practicar el botellón

Beber alcohol en las calles de Madrid puede salir muy caro. Nada menos que 300 euros es la cantidad que cualquiera deberá pagar en caso de que la Policía Municipal le sorprenda haciendo botellón.

Desde que se implantara la ‘ley seca’, hace algo más de dos años, se han conseguido algunos logros para aquellos que se oponen a la práctica de este fenómeno, tan habitual entre los jóvenes. La media de sanciones impuestas por las autoridades, por este hecho, es de 100 al día; lo que hacen un total de 21.600 desde que comenzara el año. Pero a pesar de lo que indican estas altas y sorprendentes cifras, la realidad es que la situación no está totalmente controlada. En principio, con el dispositivo antibotellón, se ha conseguido acabar con las grandes concentraciones de jóvenes que tenían lugar en las plazas y calles del centro. Sin embargo, cuando los agentes comenzaron a hacer hincapié en estos lugares de encuentro, tomados literalmente por los jóvenes, éstos han empezado a buscar otras opciones. Ahora, la juventud madrileña ha encontrado en los grandes parques de los distritos periféricos el lugar para continuar con sus “reuniones”. Este es el caso del Parque Calero, uno de los más importantes espacios verdes del distrito. En él la práctica del botellón entre los jóvenes se ha convertido en una costante los fines de semana. La cercanía de establecimientos de alimentación, más conocidos como “chinos”, donde poder adquirir el alcohol fácilmente, y la amplitud del parque hacen de este espacio el lugar ideal para llevar a cabo esta práctica que, a pesar de muchos, continúa existiendo.

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