El mercado laboral español sufre un duro golpe en el primer trimestre de 2025. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el paro aumentó en 193.700 personas entre enero y marzo, una subida del 7,4% respecto al trimestre anterior. Esta es la mayor alza de desempleo en un primer trimestre desde 2013, dejando un panorama muy preocupante para el futuro inmediato de la economía.
Además, durante este periodo, se destruyeron 92.500 empleos, especialmente en el sector público, donde la pérdida fue de 92.200 puestos de trabajo. La cifra total de parados asciende ahora a 2.789.200 personas, la más alta desde principios de 2024. Esto evidencia que, pese a discursos oficiales optimistas, el mercado laboral español sigue mostrando claros signos de debilidad.
Una recuperación que no llega
A pesar de los intentos del Gobierno del ministro de Economía, Carlos Cuerpo, de transmitir una imagen positiva, los datos son contundentes: la tasa de desempleo subió al 11,36%, más de siete décimas por encima del trimestre anterior, marcando el nivel más alto en más de un año. Los hogares con todos sus miembros en paro aumentaron un 6% respecto a diciembre, mientras que aquellos con todos sus miembros ocupados bajaron un 1%.
La destrucción de empleo es especialmente grave porque rompe la tendencia de creación de puestos de trabajo de los últimos trimestres. A finales de marzo, el número de ocupados cayó a 21.765.400 trabajadores, alejándose del récord histórico de 21,8 millones alcanzado en 2024.
El empleo público también destruye puestos de trabajo
Resulta alarmante que la mayor pérdida de empleo se haya producido precisamente en el sector público, tradicionalmente un refugio en épocas de crisis. La desaparición de más de 92.000 empleos públicos refleja no solo recortes y ajustes presupuestarios, sino también una falta de estabilidad en el modelo de crecimiento que el Ejecutivo había prometido consolidar.
Mientras tanto, el empleo temporal sigue siendo el gran afectado: se destruyeron 80.200 empleos temporales, lo que muestra que la supuesta transformación hacia contratos indefinidos de calidad todavía es más una promesa política que una realidad económica palpable.
Cifras que no invitan al optimismo
Aunque el Ministerio de Economía insiste en que, en términos desestacionalizados, se ha superado la cifra de 22 millones de ocupados, este dato resulta engañoso si se considera el aumento real del paro y la destrucción de empleo en cifras absolutas. Las afirmaciones de «dinamismo del mercado laboral» contrastan brutalmente con una realidad donde miles de familias vuelven a enfrentarse al drama del desempleo.
Incluso comparando con ejercicios anteriores, el incremento de la tasa de paro no puede ocultarse: la mejora respecto a 2009 que menciona el Gobierno parece una comparación forzada y poco relevante en un contexto económico completamente distinto.
Además, aunque en el último año se han creado 515.400 empleos, el frenazo registrado en este primer trimestre pone en riesgo la continuidad de esa tendencia positiva. Y si la destrucción de empleo temporal sigue avanzando sin una contrapartida real de empleo fijo, la precariedad podría instalarse de nuevo como una constante en el mercado laboral español.
Perspectivas sombrías del paro para el resto de 2025
Todo apunta a que el segundo trimestre de 2025 no será mucho mejor. Factores como la incertidumbre internacional provocada por los aranceles , la desaceleración económica de socios europeos, y un entorno de inflación persistente podrían agravar aún más la situación del empleo en los próximos meses.
A esto se suma el impacto de no tener presupuestos en nuestro país, prorrogados desde 2022, ya que el presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, se niega a llevarlos al Congreso de los Diputados, por el miedo a que sean tumbados en el Parlamento.
En resumen, el incremento del paro y la destrucción de empleo en el primer trimestre de 2025 son señales inequívocas de un mercado laboral debilitado, con una recuperación que aún está lejos de consolidarse. Las autoridades deberán actuar con decisión si no quieren que el desempleo vuelva a convertirse en un problema estructural y crónico en la economía española.
