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El Palacio de Hielo continúa dando problemas a los vecinos de los edificios colindantes

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Nunca imaginaron los vecinos de los edificios que bordean el Palacio de Hielo los problemas que se les venían encima cuando, en la primavera de 1999, comenzó a construirse este gran centro comercial. Desde entonces, las 226 familias que habitan en las comunidades de Patricio Aguado 2 y 3; Sicélidas 10 y S. Fca. J. Cabrini 5 y 7 viven una constante pesadilla.

El enorme espacio que se divisaba desde sus ventanas, por aquel entonces, prometía ser una zona verde pública básica y una zona deportiva singular. Así lo certificaban  el convenio del proyecto y los planos del terreno, propiedad municipal. Sin embargo, la realidad resultó ser otra bien distinta. Aquel entorno que dotaría al barrio de una amplia superficie natural, se ha convertido en todo un centro comercial, el Palacio de Hielo. Ya desde las obras de construcción de dicho centro, los vecinos aseguran sentirse engañados. Al parecer, nunca se les explicó lo que se estaba construyendo, a pesar de que solicitaron la información del proyecto a la Junta Municipal en varias ocasiones. Desde ese mismo momento, esta gran superficie comercial se ha convertido en uno de los grandes problemas urbanísticos del distrito de Hortaleza.

Fuente de problemas
Los vecinos afectados aseguran que los problemas se remontan a la época en que gobernaba el anterior alcalde Álvarez del Manzano, que junto con Utrilla, concejala de Obras y Urbanismo del momento, dio luz verde a la iniciativa. Cuando  Gallardón tomó el relevo en la alcaldía, el proyecto ya estaba aprobado y no había nada que hacer. Desde entonces, la Comunidad de Madrid, el Ayuntamiento y la Junta de distrito “se pasan la pelota unos a otros sin solucionar nada”, comentan los vecinos. Además, la empresa que actualmente gestiona el Palacio de Hielo es otra distinta a la que en su día obtuvo la licencia; lo que supone toda una trama difícil de desmenuzar, que se complica con el paso de los años.

Lo que sí es evidente, son los numerosos disgustos que esta gran mole azul está ocasionando a los vecinos desde el mismo día en que comenzó a construirse. En primer lugar, porque finalmente no se construyó lo que tendría que haber sido; y en segundo lugar, porque con la construcción misma se han invadido espacios públicos no autorizados, además de superarse la altura permitida, lo que ha reducido la luminosidad de las viviendas cercanas. Pero además de estos dos grandes problemas, muchas son las molestias que sufren las tres comunidades de vecinos ya mencionadas, día a día en su convivencia con este centro comercial.

Ruidos y basuras
El lugar donde los camiones realizan la carga y descarga de mercancías, por y para el centro comercial, se ha convertido en foco de ruidos y suciedad. Desde las ventanas de los hogares de muchos de los vecinos se observa este espacio repleto de bolsas de basura, residuos, y el constante ir y venir de camiones, furgonetas, y  toros que transportan palés; que dificultan enormemente el paso de los vehículos particulares. Los ruidos han sido insoportables durante mucho tiempo. Los niveles permitidos por Medio Ambiente en cuanto a contaminación acústica sitúan el límite en 45 decibelios; sin embargo, en este lugar los vecinos estaban soportando hasta 68. Y aunque últimamente ha dismunido este problema, el asunto de las basuras continúa.

El Palacio de Hielo no cuenta con un espacio cerrado donde depositar los desperdicios que acumula en su actividad diaria. Las enormes bolsas de basura que genera tras todo un día de trabajo son enviadas a la terraza exterior de una de las plantas del centro, frente a las viviendas de muchos vecinos. “En verano el olor es insoportable, además tanta suciedad crea muchísimos bichos y es foco de infecciones”, comenta una de las vecinas indignada.

Instalación de antenas ilegales
Pero al último problema al que se enfrentan estos vecinos, es la instalación de tres antenas de telefonía móvil en el tejado del centro comercial. Cuando los vecinos se percataron de la colocación de estos aparatos eléctricos, escribieron una carta a la Junta denunciando los hechos. La respuesta por parte del Ejecutivo fue un desesperante silencio administrativo. El pasado 23 de octubre, le hicieron llegar a la concejala del distrito otro comunicado. A lo que la Junta contestó haciendo referencia a los dos últimos artefactos instalados. Uno de ellos, perteneciente a Amena, cuenta con el amparo municipal. Sin embargo, la otra antena, que corre a cargo de Telefónica Móviles España SAU es totalmente ilegal. El Gobierno municipal asegura haber iniciado un procedimiento sancionador contra dicha empresa por la infracción cometida y les exige la desinstalación de la misma. En caso de incumplimiento se procederá a la retirada de la antena por los servicios municipales. Pero han pasado ya dos meses y el repetidor se mantiene en el mismo lugar.

Mientras tanto, los vecinos, que desde el año 2003 mantienen contacto con el Defensor del Pueblo, conocedor de todos los problemas que sufren, continúan luchando. Lo único que piden es que se cumpla con la legalidad.

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