Pablo Iglesias y Montero relatan la situación que sufrieron de su acosador: "angustia"
El exvicepresidente del Gobierno Pablo Iglesias, y la candidata de Podemos a las elecciones europeas, Irene Montero. - Alberto Ortega - Europa Press

El exvicepresidente del Gobierno Pablo Iglesias y la exministra de Igualdad Irene Montero han relatado la situación de «angustia» y «estrés» que soportaban a diario. Lo han hecho en el juicio que se ha celebrado contra el hombre acusado de acosarles durante siete meses en su propio domicilio de Galapagar. Aseguran que recibían insultos a diferentes horas del día, lo que cesó en diciembre de 2020 hasta que intervino un juzgado.

En el momento en que acudieron a los Juzgados de lo Penal, increparon a la pareja con términos de «miserables» y «asquerosos». Se vivieron situaciones tensas donde el ex político incluso encaró a una persona que no cesaba de gritarle desde detrás de una valla. Ante los insultos, Montero abandonó el recinto judicial y les respondió llamándolos «acosadores fascistas».

Al llegar, empezó un grupo de personas a proferirles insultos y amenazas, gritándoles «miserables», «sinvergüenzas» «vendeobreros», «jarabe democrático», y «aprovechados», entre otros improperios. A la hora de marcharse, también hubo incidentes entre los diversos grupos con distintas ideologías, entre cuyos integrantes se encontraban seguidores de Vox, que esperaban a las puertas.

Al término de su partida, la pareja ha sido respaldada por miembros de Podemos como la líder de Podemos Ione Belarra y la portavoz nacional Isa Serra, junto a otros miembros del partido morado.

«Ojalá no haya impunidad»

El exvicepresidente ha destacado frente a los medios que mediante la táctica del acoso y la violencia trataron de que dejaran este país y la política». «Acosaron durante meses a dos ministros de Podemos. Ojalá no haya impunidad y no vuelva a ocurrir. Si fueran ministros del PP y PSOE no hubiera ocurrido«, ha mencionado.

Ha destacado Montero que Miguel Frontera es «el instigador del acoso que sufrieron durante meses en su propia domicilio». «Es la punta de lanza de una violencia sin precedentes contra una formación política para impedir avances sociales», ha señalado.

Posteriormente, ha criticado que en aquel período existían presentadores de televisión que instigaban a realizar romerías a su residencia. «La guerra judicial y mediática siempre ha quedado en la impunidad y esperamos que Miguel Frontera sea condenado», ha indicado.

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Al terminar la observación, la antigua ministra ha denunciado que «al acoso de los fascistas no para». «No nos van a quitar nuestro derecho de hacer política, a juntarnos y a defender los derechos que están siendo vulnerados en estos momentos», ha expresado, señalando que confía en que la Justicia de este territorio defienda la democracia.

El acusado se enfrenta a tres años de prisión 

El acusado afronta una petición fiscal de tres años de prisión por acoso e injurias a la pareja. Se le imputa los delitos de injurias graves con publicidad a la autoridad, acoso y descubrimiento de secretos. La acusación particular solicita un año y medio de cárcel para el procesado.

De acuerdo a la acusadora, esta práctica que comenzó en mayo de 2020 generó un cambio en su rutina familiar diaria y en sus ocupaciones «derivada de los ruidos constantes en horarios de descanso de niños de corta edad, así como limitación de movimientos en compañía de los menores».

La Guardia Civil confirma que el acusado atravesó el perímetro de seguridad

En sus conclusiones, la fiscal ha afirmado que el acusado «traspasó la línea que sitúa la conducta en delito», declarando que cometió ofensas serias al grabar y difundir imágenes de la residencia. En su opinión, este comportamiento excede la libertad de expresión y constituye una serie de ofensas continuas.

Durante la vista oral, la Guardia Civil ha confirmado que el acusado atravesó el perímetro de seguridad y que en uno de los videos filmados desde cerca, subido a una roca y compartido en las redes sociales, se podía observar con claridad el interior de la residencia de Iglesias y Montero.

La Guardia Civil ha ratificado en la vista oral que el procesado se saltó el perímetro de seguridad y que en unos de los vídeos grabados desde corta distancia subido a una roca y difundido por redes sociales se podía ver con nitidez el interior de la vivienda de Pablo Iglesias y Montero.

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«Insultaban a cualquier hora»

En su declaración, el exvicepresidente del Gobierno de España ha detallado cómo los incidentes de acoso durante meses a todas horas interfirió en su vida cotidiana. Esto se debe a que era una «situación angustiosa» que se producía a diario a las puertas de su domicilio sin que se pudieran pedir la baja por los cargos que ostentaban entonces en plena pandemia del Covid.

«Insultaban a cualquier hora. Cualquier desplazamiento con los niños o para sacar a los perros, implicaba una logística desagradable», ha narrado Iglesias. Asimismo, ha recordado un incidente que se produjo una tarde al bañar a los niños y ver cómo una persona estaba subida a una roca grabando.

El expolítico ha señalado que el día de su cumpleaños, el procesado se saltó el perímetro. Así, le dijo: «felicidades, hijo de puta», extremo que el procesado niega. «Era una situación enormemente desagradable. Difundió vídeos por redes sociales», ha relatado.

«¿A usted solo le molestaba que pusieran el himno de España y no la Internacional -himno del Movimiento Obrero-?», le ha preguntado en su turno la abogada de Miguel Frontera, Polonia Castellanos. «¿Tenía usted selección auditiva?», le ha insistido la letrada en su interrogatorio. A ello, Iglesias le ha replicado que no iba a entrar en valoraciones políticas.

Momentos de miedo 

El exlíder de Podemos ha reconocido que hubo momentos que sintieron miedo porque un «lobo solitario» puede agredir o incluso atentar contra sus vidas. Además, ha relatado que conocía a Frontera porque era una persona pública y es una persona destacada en el entorno de la extrema derecha.

Por su parte, Irene Montero ha declarado que el acusado «vulneraba a diario la tranquilidad de la familia» y les sometía a una situación de nervios y estrés permanente en una época en al que eran «dos miembros del Gobierno» en plena pandemia y «tenían mucha responsabilidad».

«Frontera recorría el perímetro y mostraba detalles en vídeos. Siempre pensábamos que la cosa podía ir a más. Un día se encaramó a una roca», ha recordado. A veces, iba solo o acompañado con Javier Negre, según ha detallado.

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«Era un momento de especial vulnerabilidad, de mí dependían por ejemplo las víctimas de violencia de género. Era una situación de nervios y estrés permanente», ha comentado a preguntas de la fiscal.

Polonia Castellanos le ha preguntado por qué dice que esto estaba instigado por «el señor Frontera», a lo que Montero ha contestado que lo dice porque el propio acusado así lo comentaba en sus redes sociales.

Insultos al padre de Pablo Iglesias 

En su turno, Miguel Frontera ha negado que fuera la persona que organizara las caceroladas frente a la casa de Iglesias, indicando que llegó a las mismas a los dos meses. «El ideólogo fue Pablo Iglesias cuando pidió caceroladas contra el Rey y los vecinos decidieron hacerlo por su hipocresía», ha narrado.

En el mismo lugar pero separados, confluían en aquella época concentraciones de diferentes ideologías. De una parte, ponían la Internacional en megafonía y de otra, el himno d España. «Sus propios simpatizantes nos insultaban y ponían la música a todo trapo», ha dicho.

Ha reconocido que en una ocasión exhibió una pancarta que ponía Iglesias, hijo de terrorista, a lo que ha detallado que Iglesias presumía en redes de que «su padre era frapero», que pertenecía al FRAP (Frente Revolucionario Antifascista y Patriota).

Asegura que ponía el himno de España, el Viva España de Manolo Escolar y lanzaba proclamas políticas. «Lo máximo que llegué fue hasta los cubos de basura, donde estaba la guardia Civil. En su cumpleaños, a unos 200 metros le dije felicidades, señor Iglesias», ha contado.

«Estábamos de guasa y con las caceroladas. El acoso real es el que sufrí yo cuando me pintaron fascista y nazi en mi local y señalaron a mis hijos. He sufrido amenazas de muerte», ha agregado.

Un guardia civil ha ratificado que en uno de los vídeos grabados por el acusado, de unos once segundos, se podía ver con nitidez el interior de la vivienda de la pareja.

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