Este lunes, España vivió una jornada histórica y vergonzosa: un apagón total que dejó al país sin luz, comunicaciones ni transporte público durante más de diez horas. Una situación caótica que también afectó a Portugal, cuyo gobierno ya ha anunciado que exigirá indemnizaciones a España por su responsabilidad directa.

48 horas después, el Gobierno de Pedro Sánchez sigue sin dar una explicación creíble. Primero atribuyeron el colapso a una repentina nubosidad que afectó a las placas solares. Luego, alegaron la “pérdida súbita” de 15 GW de energía en segundos, contradiciendo incluso los principios físicos básicos.

Red Eléctrica en manos del clientelismo político

Sánchez no asume ninguna responsabilidad y, como es costumbre, culpa a otros. Ahora señala a los operadores privados, incluyendo a Red Eléctrica, una empresa con participación pública (20% a través de la SEPI) presidida por Beatriz Corredor, exministra socialista sin experiencia técnica en el sector. Percibe un sueldo de 546.000 euros anuales, pero tras el apagón, ni siquiera dio una rueda de prensa.

Dependencia energética e ideología: el coste del ecologismo radical

Durante décadas, España ha confiado en una red energética diversificada. Pero con la llegada del ecolo-wokismo ideológico de Sánchez, el mix energético ha sido destruido: • Cierre de centrales nucleares • Demolición de presas hidroeléctricas • Dependencia casi total de la eólica y la solar

El resultado: energías intermitentes e insuficientes, incapaces de sostener la demanda nacional. Y esto sin contar con el futuro aumento que supondría la imposición del coche eléctrico obligatorio, cuya producción contamina, cuyas baterías son peligrosas y cuyo coste es inaccesible.

Mientras países como Francia, Alemania o incluso Polonia vuelven a apostar por la energía nuclear y el carbón, España sigue atrapada en un dogmatismo verde alimentado por la Agenda 2030 y por la izquierda más radical.

España retrocede a la Edad Media

Estamos tan acostumbrados a que la luz se encienda al accionar un interruptor, a que el grifo dé agua caliente, a que el tren llegue puntual… que olvidamos lo frágil que puede ser todo cuando gobierna la incompetencia ideológica.

El “lunes negro” ha demostrado que las energías verdes no son suficientes, y que Sánchez gobierna desde la ideología, no desde la técnica.

Pedro Sánchez: una plaga para España

El apagón no es un hecho aislado. Bajo el mandato del presidente más embustero y autoritario de la historia reciente de España, hemos vivido: • La peor gestión de la pandemia en Europa (150.000 muertos). • Erupciones volcánicas, incendios, temporales históricos. • Un paro estructural elevado. • La destrucción del tejido productivo. • Una legislación animalista absurda que exige calefacción para los cerdos. • Una carga fiscal asfixiante. • Corrupción documentada en su entorno familiar (incluido su hermano y su esposa).

España parece víctima de una auténtica plaga bíblica, con un presidente que miente, divide y empobrece, pero que no paga el precio de sus errores

¿Hasta cuándo soportaremos esta ruina?

España sufre el coste real de un gobierno que combina ideología radical, clientelismo político, y una total falta de preparación técnica. La ciudadanía parece haber normalizado el apagón, el abuso fiscal, la inseguridad jurídica, el desempleo y el autoritarismo.

¿Cuántas crisis más necesitamos para reaccionar?

Deshacerse de Pedro Sánchez y su banda no es solo una necesidad política: es una cuestión de supervivencia nacional.