La reforma de la Plaza de Manuel Becerra todavía no ha terminado. A pesar del nuevo pavimento, el moderno mobiliario urbano o la reubicación de las dársenas de autobús, todavía queda pendiente un detalle importante para completar este esfuerzo municipal cifrado en 1.700.000 euros: la homogenización de los situados de la plaza, es decir, de los quioscos de flores, periódicos o de la ONCE que llevan años presentes en Manuel Becerra.
La Oficina del Centro, a petición de la Junta Municipal del distrito, ha elaborado un proyecto de quiosco modular y multifuncional para agrupar estos servicios en isletas, a modo de pequeñas áreas de servicio, en cada oreja de la plaza. Además del diseño, el prototipo apuesta por la facilidad de instalación, sustitución e intercambio de módulos, dotando así al conjunto de la flexibilidad y estética adecuada a las necesidades de la zona.
La iniciativa afectará a los aseos públicos, el quiosco de prensa, la floristería, la churrería, el quiosco de la ONCE, los teléfonos públicos, el buzón de Correos, el puesto de la lotería, el quiosco de información municipal y el puesto de tabaco. Incluso se pretende iniciar los contactos con las entidades bancarias para instalar cajeros automáticos. Esta reordenación, sin embargo, incidirá mínimamente en los vecinos y el tráfico del entorno, pues los trabajos de reforma de la plaza, como previsión, habilitaron una galería subterránea para la instalación del cableado de luz y las tuberías de agua.
Íñigo Henríquez de Luna, concejal del distrito; Javier Serrano, director general de la Oficina del Centro; y Antonio Díaz, jefe del departamento de Paisaje Urbano también de la Oficina del Centro, presentaron este prototipo el pasado 7 de febrero, durante la jornada de “Salamanca barrio a barrio” dedicada a Goya. La iniciativa surgió en uno de los proyectos merecedores de mención en el concurso de ideas de la remodelación de la calle Serrano. Los responsables del prototipo de Manuel Becerra destacaron su carácter pionero y, lo que es más importante, su intención de convertirse en modelo a seguir en el resto de la ciudad. De hecho, la Junta Municipal del distrito ya ha aplicado este espíritu homegeneizador en otras ocasiones, como por ejemplo las terrazas de los bares y cafeterías en la Plaza de Felipe II.
Ahora debe ser el Área de Medio Ambiente quien apruebe el proyecto. Cuando lo haga, llegará el momento de negociar con los dueños de los situados para determinar quién sufraga el cambio y las necesidades particulares de cada caso. De momento, algunos de los afectados ya han manifestado su conformidad y permanecen a la espera de las próximas noticias.
