La explotación de tierras raras para extraer minerales ha dado un paso más y la tecnología ya estaría lista para poder acceder a estas materias primas en el mar, especialmente en los diferentes océanos. Las multinacionales mineras están presionando para que las diferentes regulaciones ya estén operativas para fin de año y una empresa ya se ha adelantado y espera comenzar a minar en 2026.
Esta nueva forma de explotar minerales raros ha suscitado críticas y la oposición de un número creciente de países, empresas y científicos que están presionando por una moratoria sobre la actividad. A nivel mundial, las llanuras abisales (fondos marinos) contienen billones de valiosos nódulos polimetálicos de cobre, níquel y hierro. Con frecuencia, las antiguas fuentes hidrotermales indican la existencia de depósitos de sulfuro que contienen oro, plata, plomo y zinc. Los montes submarinos, por su parte, suelen presentar capas de cobalto en su superficie. Y todos estos minerales están simplemente allí, yaciendo intactos en el fondo del océano.
¿Cómo funciona la minería en alta mar?
La minería en aguas profundas es un método en el que se extraen minerales y metales del fondo del océano. Se trata de que un buque despliega vehículos mineros submarinos en el fondo marino. Estos vehículos operados a distancia recogen depósitos como nódulos polimetálicos, sulfuros de fondo marino o cortezas ricas en cobalto. Un método consiste en supcionarlos hasta el barco y que filtrará los metales.
Los sedimentos no utilizados y que no se puede aprovechar se depositarían de nuevo en el mar.Otro método sería utilizar vehículos remotos «flotantes» para minimizar el impacto de la perturbación de los sedimentos. Varias empresas y países, como las Islas Cook, Japón y Noruega, han expresado interés, a pesar de que Noruega ha detenido sus planes desde entonces. Aunque empresas de China, Rusia y Corea del Sur han sido los que más han interés han mostrado en esta nueva forma de generar negocio en los mares.
Una expectativa razonable es que la minería a escala comercial operaría las 24 horas del día, a diferentes profundidades en el fondo marino. Los diferentes estados tienen derechos a los recursos que se encuentran dentro de la zona económica exclusiva (EEZ) dentro de las 200 millas náuticas (370 km) de su costa
En cuanto a las zonas de explotación, los contratos se han emitido para lugares como los océanos Pacífico e Índico y la Cordillera del Atlántico Medio. Un área clave de interés es la Zona Clarion-Clipperton (CCZ), un área de 6 m2 km entre Hawái y México. La ISA, un organismo perteneciente de la ONU compuesto por 169 estados miembros y la Unión Europea, regula las actividades en el fondo marino más allá de las jurisdicciones nacionales. Esta área, llamada alta mar, cubre el 54 % de los océanos del mundo. Los estados miembros tienen que firmar la convención de la ONU sobre la ley del mar, algo que, por ejemplo, los Estados Unidos no han hecho.
Oposición de países y organismos internacionales para explotar esta nueva tecnología
Al mismo tiempo, un número creciente de países, empresas y científicos están presionando por una moratoria sobre la actividad de extraer minerales del mar. Las primeras investigaciones indican que las especies marinas podrían verse afectadas. Se estima que el CCZ es un hábitat compuesto de 20 especies de delfines y ballenas, que podrían verse afectadas por el ruido minero que se espera que ocurra las 24 horas del día a diferentes profundidades.
Si bien las consecuencias son en gran medida desconocidas, se han visto ballenas de pacas, ballenas de Eden, delfines de Risso y otras especies de cetáceos en la zona. El consenso general de los ecólogos marinos que han publicado sobre este tema es que la extracción comercial de minerales del fondo marino causaría daños duraderos e irreversibles a los ecosistemas frágiles.
A pesar de los importantes reveses financieros y logísticos, y las preocupaciones expresadas por los científicos marinos y los grupos de conservación, las empresas mineras de los fondos marinos continúan sus esfuerzos para desarrollar operaciones comerciales con la llegada de esta nueva tecnología.