Álvaro Iglesias Gómez, conocido como “Nanysex”, ha abandonado la prisión de Estremera tras cumplir el máximo legal permitido por la legislación penal española: 20 años de condena efectiva. Es el mayor pederasta de la historia de España y un reconocido violador de bebés, ahora tras cumplir 20 años de cárcel, ya disfruta de la libertad sin ningún tipo de medidas de vigilancia.
Álvaro Iglesias Gómez, nacido en Madrid en 1982, se convirtió en el epicentro de uno de los escándalos de pederastia más atroces de la historia de España. Bajo el seudónimo de “Nanysex”, este individuo no solo abusó sexualmente de al menos cinco menores —algunos de ellos bebés—, sino que además grabó estos actos para distribuirlos por internet como parte de una red organizada de pornografía infantil.
Además y según los forenses utilizaba las vejaciones y la violencia, como golpes en la cabeza con los niños para poder culminar con la violación de estos menores.
Entre los años 2002 y 2004, Iglesias aprovechó su papel de canguro para acceder a los menores. Fue en mayo de 2005 cuando la Policía Nacional, en el marco de la Operación Kova, desmanteló la red tras ser alertada por un agente encubierto canadiense que detectó vídeos extremadamente violentos en los que aparecía un bebé español siendo violado.
Los padres nunca detectaron comportamientos extraños en sus pequeños, salvo una madre que encontró a su niño llorando desconsolado y fuera de sí la última vez que lo dejó con el agresor.
La primera alarma de que se estaba produciendo pornografía infantil en España llegó a través de un policía encubierto de Canadá que descubrió fotos de la violación de un bebé de Collado-Villalba.
Nanysex llegó a montar dos negocios de informática en Murcia, desde los que realizaba centenares de conexiones a Internet y que a la vez le servían para ganarse la confianza de clientes que le dejaban a sus hijos para que los cuidara algún rato y les enseñara temas de ordenadores. Cuando se descubrió qué hacía en realidad decenas de padres pasaron meses sin saber si sus bebés habian sido violados por este monstruo.
Junto a Nanysex fueron detenidos sus cómplices Eduardo Sánchez Moragues, alias “Todd”, y José Gómez Cansinos, alias “Aza”. Los tres fueron condenados por diversos delitos de abuso sexual continuado, corrupción de menores y tenencia y distribución de pornografía infantil.
La detención de los tres integrantes de la red se produjo en el año 2005. Nanysex declaró que había abusado de más de 100 menores desde que comenzó a cometer delitos sexuales.
La condena a Nanysex indignó por su límite legal
En 2008, la Audiencia Provincial de Madrid condenó a Nanysex a 58 años de cárcel. Sin embargo, el Tribunal Supremo rebajó posteriormente la pena a 44 años y medio, al considerar que no se debía aplicar la agravante de abuso de confianza.
Durante el juicio, uno de los padres de los menores se acercó al acusado y le propinó un puñetazo de la rabia y el odio que sentía por haber hecho eso a su pequeño y a muchos más, tras lo que las Fuerzas de Seguridad tuvieron que actuar para evitar mayor tensión en la sala.
Pese a ello, la legislación española establece un tope máximo de cumplimiento efectivo en prisión de 20 años para este tipo de delitos, lo que ha permitido que Iglesias saliera en libertad eel pasado miércoles.
Esta situación ha desatado una nueva ola de críticas sobre la necesidad de reformar el Código Penal para que penas como la cadena perpetua revisable puedan aplicarse en casos de pederastia extrema, evitando así que delincuentes altamente peligrosos sean puestos en libertad.
Un violador sin remordimientos
Lo más inquietante del caso es que, durante su estancia en prisión, Nanysex no mostró signos de rehabilitación ni de remordimiento alguno. Incluso, durante su régimen de tercer grado penitenciario, fue sorprendido accediendo a pornografía infantil, lo que llevó a revocar dicho beneficio.
Además, Álvaro Iglesias se jactaba ante otros internos de “nunca haber tenido sexo con alguien mayor de 36 meses”, lo que ha sido interpretado por expertos como una señal clara de su peligrosidad persistente y la ausencia total de empatía hacia sus víctimas.
Las victimas que ahora ya son mayores de edad, tras la puesta en libertad, de Nanysex, no se no podrá acercarse a ellas ni a sus padres en los próximos diez años.
Según expertos psicólogos que comparecieron durante el juicio que examinaron a los niños víctimas de los abusos de los procesados, indicaron que en la mayoría de los casos no se habían detectado secuelas psicológicas, si bien añadieron que éstas podrían manifestarse en la adolescencia.
Según fuentes penitenciarias, el exconvicto residirá en una vivienda fuera de la Comunidad de Madrid, pero su paradero exacto no ha sido divulgado por motivos de seguridad.