Por Sofía Miranda
En estos tiempos de crispación política a flor de piel, la ciudad de Madrid parece haberse erigido en una suerte de aldea gala que resiste los envites de la política patria, donde aún es posible que hasta los extremos más populistas se pongan de acuerdo en beneficio de la ciudadanía.
El último ejemplo de que en la capital se está haciendo política de otra manera lo pudimos vivir el pasado martes 30 de marzo, cuando el Pleno de la ciudad aprobó por unanimidad la presentación de la candidatura de Madrid a Capital Mundial del Deporte.
Una «unanimidad» que en los últimos tiempos apenas se observa en la política nacional. Sin embargo, la gran diferencia es que en el ámbito local las estrategias y funcionamientos cambian.
Decidimos que esta candidatura a Capital Mundial del Deporte es una oportunidad para poner en valor todo lo que se hace en materia deportiva en nuestra ciudad, una oportunidad para sacar del letargo las políticas deportivas que habían sido marginalizadas en el Ayuntamiento en los últimos tiempos.
Pero esta unanimidad no se regala, es fruto del trabajo constante y de una forma de entender la política que deja atrás el “bando bueno” al que cada uno creemos pertenecer, para hacer partícipes del proyecto a todos los grupos políticos de la oposición. La política local tiene muy en cuenta que el eje principal es el ciudadano, lo que hacemos tiene un impacto directo y casi inmediato en los vecinos de nuestra ciudad, por eso, antes de llevar al Pleno esta propuesta, me reuní con todos los portavoces de deportes de los diferentes partidos que conforman el Pleno municipal para explicarles que este es un proyecto de ciudad, y la importancia que tendrá para Madrid y para todos los madrileños.
El objetivo de esta candidatura es que Madrid siga siendo el referente del deporte español y epicentro del deporte internacional. para ello proponemos una candidatura enfocada en la salud como parte fundamental del deporte, en la ampliación de la oferta deportiva para hacerla atractiva a niños y jóvenes, incorporando nuevas instalaciones para practicar deportes urbanos y, por último, en atraer grandes eventos deportivos a nuestra ciudad y que supongan un gran legado para Madrid
El título de Capital Mundial del Deporte reportará a nuestra ciudad un gran impacto tanto en lo social como en lo económico. En lo social, Madrid reforzará sus programas deportivos de base y sobre todo el programa de receta deportiva, con lo cual, comenzaremos a tener la oportunidad de contribuir de una forma más directa y cuantificable en la salud de los madrileños.
En lo económico, con la atracción de grandes eventos deportivos, impulsaremos el turismo deportivo a la ciudad, contribuyendo así con la recuperación de un sector muy golpeado por la actual situación sanitaria como lo es el deporte.
El deporte es unión, pero esa unidad se visualiza cuando los proyectos se hacen pensando en los ciudadanos, y no en siglas y trincheras ideológicas que están en las antípodas de lo que el deporte representa.
