Ayer comenté en mis grupos de WhatsApp, ante la avalancha de opiniones negativas sobre el Papa recientemente fallecido, que prefería no opinar tras su muerte. Ya lo había hecho extensamente en vida.
A diferencia de la infame izquierda, que lucha contra los muertos —como hace este infecto Gobierno comunista y su cobarde presidente Pedro Sánchez con Franco, cincuenta años después de su fallecimiento—, yo no pretendía entrar en esa dinámica.
Sin embargo, también advertí que no iba a callar ante el presumible blanqueamiento del Papa Francisco que ya ha comenzado. Y es que, ante el coro de elegías tras la muerte de Jorge Mario Bergoglio y el intento generalizado de lavado de imagen promovido por la izquierda atea, siento que debo pronunciarme.
El papa Francisco: un pontificado ideológico y polarizante
Es cierto que sus predecesores, Benedicto XVI y San Juan Pablo II, dejaron el listón muy alto. Pero el Papa Bergoglio, desde mi punto de vista, no solo no estuvo a la altura, sino que fue directamente nefasto para la Iglesia Católica. Su liderazgo se pareció más al de un dirigente comunista que al de un guía espiritual.
Su llegada al papado fue ya polémica: circunstancias extrañas rodearon la renuncia de Benedicto XVI, el primer Papa en dimitir en seis siglos. ¿Fue una decisión libre o fue forzada? ¿Estuvo detrás la “mafia lavanda”? ¿Tuvo algo que ver la masonería infiltrada en el Vaticano?
El periodista católico Antonio Socci asegura que la elección de Francisco violó la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis, sembrando dudas sobre la legitimidad del cónclave. También el sacerdote Ramón Guidetti denunció fraude y fue excomulgado por ello.
Confusión doctrinal y rendición ideológica
El pontificado de Francisco no ha mejorado la situación de la Iglesia. Por el contrario, ha sembrado una gran confusión doctrinal. Muchos católicos hoy no saben si deben adorar a Dios o al “planeta Tierra” y su “clima sagrado”.
El Papa justificó incluso el terrorismo islámico en ciertas declaraciones, y se pronunció con dureza contra el capitalismo, ignorando los datos que demuestran que es la libertad económica la que más ha reducido la pobreza mundial. Mientras tanto, Francisco elogió abiertamente a regímenes comunistas como los de Cuba, Venezuela, Nicaragua o Bolivia.
Además, ha defendido abiertamente el Wokeísmo, la ideología de género y el revisionismo histórico. Ha atacado los valores tradicionales del catolicismo, debilitado la curia vaticana, y ridiculizado la herencia espiritual y teológica que dejaron pontífices como Juan Pablo II.
Traición a España y errores diplomáticos
Otro de sus grandes errores fue su actitud hacia España. Francisco respaldó la Leyenda Negra y el revisionismo indigenista, pidiendo perdón a América por la Conquista en nombre de los españoles, lo cual fue un acto diplomático irresponsable y profundamente injusto.
Tampoco movió un dedo ante la profanación de la tumba de Franco ni ante la desacralización del Valle de los Caídos. Guardó silencio mientras se atacaban símbolos católicos y se perseguía a los benedictinos.
Un pasado oscuro y amistades peligrosas
En Argentina, el pasado de Jorge Bergoglio es inquietante. Se le acusa de colaborar con la dictadura militar, entregar a sacerdotes y encubrir crímenes. Ya como Papa, se reunió con dictadores comunistas, rindió homenaje a Fidel Castro, y recibió regalos como el ignominioso crucifijo con hoz y martillo de Evo Morales.
Sus condolencias llegan hoy desde personajes como Pedro Sánchez, Félix Bolaños, Nicolás Maduro y otros miembros de la izquierda internacional más radical, lo que deja clara su alineación ideológica.
Una Iglesia que resiste pese a todo
El pontificado de Francisco ha dejado heridas profundas en la Iglesia. Solo la fortaleza de una institución con más de dos mil años de historia ha impedido una crisis aún mayor.
El próximo cónclave será decisivo. Ojalá elijan un Papa muy distinto a lo que fue Jorge Bergoglio: un verdadero líder espiritual que devuelva a la Iglesia su rumbo y su misión original.
1 comentario en “El legado de Francisco: ¿Un pontificado comunista?”
L.- El comunismo cayò con el muro de Berlìn, en Alemania.
2.- El comunismo siguiò hundiendose con la PERESTROIKA.
3.- Ahora, su ultimo exponente es la señal de la sepultura del comunismo, de las ideologìas woke-queer-pachamama. (Los bergoglianos son enterrados con El, tambièn)