Los vecinos han advertido de los problemas que un proyecto de este tipo ocasionan al vecindario
La plataforma Stop Espacio Delicias se concentró la tarde del martes en la entrada principal del ‘Espacio Ibercaja Delicias’, inaugurado ese mismo día, para reclamar el uso dotacional de la parcela.
Así reclamaron el cumplimiento del protocolo firmado entre Adif, el Ayuntamiento de Madrid y el Ministerio de Cultura en 2018, por el que se comprometieron a cumplir el uso dotacional que el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) establece para esos terrenos, ubicados en el distrito de Arganzuela, ha informado la plataforma en un comunicado.
La concentración es la primera de las que se van a desarrollar de forma continuada, con el fin de «informar a los asistentes a los espectáculos del expolio, al ocuparse de forma irregular 57.000 metros cuadrados cuyo uso debe ser dotacional como equipamiento básico, como establece el PGOUM vigente».
«Algo parecido a lo que se pretende hacer con Nacho Cano»
También han denunciado públicamente que el Ayuntamiento de Madrid «ha utilizado una licencia destinada a instalaciones feriales de carácter efímero para autorizar una macroinstalación que ha exigido obras de cimentación que la ley no contempla».
Esto, aunado a que son «contrarias a las propias normas urbanísticas, algo parecido a lo que se pretende hacer en el distrito de Hortaleza con una parcela similar cedida a Nacho Cano.
Los vecinos denuncian que dos administraciones públicas, Ayuntamiento de Madrid y Adif, están «actuando en contra de los intereses de los madrileños, al ceder un suelo público destinado a equipamientos públicos de utilización cotidiana por la población residente, del que deberían disfrutar todos los vecinos de Arganzuela para un negocio privado de entretenimiento que sólo busca el lucro».
También han alertado que «con esta ocupación ilegal se aplaza ‘sine die’ la construcción de equipamientos públicos necesarios y largamente reclamados por las entidades vecinales».
Los vecinos han advertido de los problemas que un proyecto de este tipo ocasionan al vecindario, como «ruidos procedentes del funcionamiento de las instalaciones, los generadores, torres de aire acondicionado, tareas de mantenimiento y de carga y descarga, además de contaminación acústica y lumínica originada por la propia actividad y en horarios no compatibles con la vida familiar».