Joan Clos, al parecer ministro de Industria, se ha propuesto cerrar LA OTRA, segundo canal autonómico de Madrid, sin encomendarse ni a Dios ni al diablo. Una medida tan discriminatoria, si se compara con las tres autonómicas de Cataluña, o las de Andalucía y País Vasco, sólo puede ser entendida por la torpeza, malicia y sectarismo del nuevo ministro o porque al padre de la criatura se la han fundido los plomos al recibir el nombramiento. Quizás ignore el "ínclito" señor que eso de LA OTRA no es el nombre de una canción: "tú eres la otra, la otra, y a nada tienes derecho", si no que es un medio de comunicación que nos pertenece, con toda legitimidad y derecho, a todos los madrileños y sobre lo que nadie, ni los clanes de Clos, serán capaces de obligarnos a renunciar en ningún momento. Por otra parte, la sanción de un millón de Euros y la incautación y precintado de los equipos es algo que, por ilegal y desquiciado, no verán sus ojos, y al final de todo la única conclusión posible es que usted habrá comenzado sus funciones haciendo un soberano ridículo. Esperamos que sus restantes pasos se vean acompañados de mayor acierto, que buena falta hace. Y entretanto a seguir viendo LA OTRA, la que sí tiene derechos.